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Nos llega desde Austin, Texas, el video del arribo de la caravana de Sicilia al capitolio de la capital de ese estado.
En su recorrido de la costa oeste hasta Washington, D.C., el activitas mexicano, Javier Sicilia, ha logrado conseguir que una interesante cantidad de personas lo acompañen en el recorrido.
Al llegar a lugares clave —como su arribo a Austin, capital de Texas— se manifiesta en frente de los edificios que albergan a los que detentan el poder.
Su petición es muy clara y sin rodeos:
Los Estados Unidos deben encontrar la forma de impedir que las armas continúen fluyendo de ese país hacia México; deben encontrar la forma de que la droga deje de ser demandada por sus habitantes. El no hacer ese trabajo por parte de la sociedad norteamericana, provoca que países como México en forma especial, sufran las consecuencias de un mercado que genera una fuerte violencia, y que se fortalece con dinero que corrompe cualquier ámbito de la sociedad.
Javier Sicilia fue especialmente afectado por el asesinato de un hijo suyo a manos de delincuentes armados que sin razón real, le quitaron la vida no solo al hijo de Sicilia, sino a otros amigos que en forma pacífica pasaban una velada en un lugar público.
La violencia engendra violencia, se dice. Sin embargo, Sicilia llegó a reconocer que la actuación del presidente mexicano Felipe Calderón ha sido siempre en el ámbito de apego estricto a lo que legalmente él mismo, como presidente, está obligado a hacer.
No ha habido mediciones con respecto a las reacciones de los norteamericanos en los Estados Unidos.