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LIMA, 27 de agosto.- El presidente de Ecuador, Rafael Correa, y el fundador de WikiLeaks, Julian Assange, “son tal para cual” y este último es “un vivillo y un oportunista”, declaró el novelista Mario Vargas Llosa en un artículo publicado ayer simultáneamente en Lima y otras capitales.
Según el nobel de literatura, existe “tal maraña de confusiones y mentiras” respecto a Assange que “hay millones de personas convencidas en el mundo de que el desgarbado australiano (...) es un perseguido político de los Estados Unidos al que ha salvado in extremis nada menos que el presidente Rafael Correa de Ecuador”.
Correa otorgó asilo político a Assange, refugiado desde el 19 de junio en la embajada ecuatoriana en Londres, pero el gobierno de Reino Unido insiste en que hará cumplir el pedido de extradición hecho por la justicia de Suecia en su contra por presuntos delitos de abuso sexual.
Julian Assange (WikiLeaks) conversa con Rafael Correa, presidente de Ecuador. En el recuadro, Mario Vargas Llosa.
El gobierno ecuatoriano, después de los de Cuba y Venezuela, “ha perpetrado los peores atropellos contra la prensa en América Latina, cerrando emisoras, periódicos, arrastrando a tribunales serviles a periodistas y diarios que se atrevieron a denunciar los tráficos y la corrupción de su régimen”, apuntó Vargas Llosa.
En su opinión el supuesto riesgo de que, si es entregado a la justicia sueca, el gobierno de Estocolmo pueda entregarlo a Estados Unidos es, por ahora, “una presunción desprovista de todo fundamento y no tiene otro objeto que rodear al personaje de un aura de mártir de la libertad que ciertamente no se merece”.
Para Mario Vargas Llosa, Julian Assange no es “una víctima de la libertad de expresión, sino un prófugo que utiliza ese pretexto para no tener que responder a las acusaciones que pesan sobre él como presunto delincuente sexual”.
“La libertad no es ni puede ser la anarquía, y el derecho a la información no puede significar que en un país desaparezcan lo privado y la confidencialidad y todas las actividades de una administración deban ser inmediatamente públicas y transparentes”, añadió.
De acuerdo con el nobel, que tiene la doble nacionalidad peruana y española, “en las actuales circunstancias no hay razón alguna para considerar a Julian Assange un cruzado de la libertad de expresión, sino más bien un vivillo oportunista que, gracias a su buen olfato, sentido de la oportunidad y habilidades informáticas, montó una operación escandalosa que le dio fama internacional y la falsa sensación de que era todopoderoso, invulnerable y podía permitirse todos los excesos”.
En tanto, en Quito, un centenar de manifestantes se congregaron en las inmediaciones de la embajada del Reino Unido para pedir que se le dé un salvoconducto al fundador del portal de filtraciones políticas WikiLeaks, para que pueda viajar a Ecuador.
La concentración, más vistosa y ruidosa que masiva, fue vigilada por una treintena de policías que custodiaba también los accesos a la embajada británica, en el centro comercial de la capital ecuatoriana.
Incluso algunos perros, ataviados con pañoletas con la imagen de Julian Assange, acompañaron a los activistas que aprovecharon la situación para también pedir al gobierno conservador de David Cameron, en Londres ,que “entregue las Islas Malvinas”, el estratégico archipiélago en el Atlántico suroeste y cuya soberanía se disputan Argentina y Reino Unido, luego de que éste las invadiera por la fuerza en el siglo XIX.
“¿Cuál violación?”
--En entrevista con el diario británico The Sunday Times, el presidente de Ecuador, Rafael Correa, dudó de las acusaciones de violación contra Julian Assange en Suecia.
--¿Usó la fuerza con una mujer con la que estaba? ¿Durmiendo juntos en la misma cama? ¿Y por qué ella no lo abandonó?” ironizó Correa, aludiendo a la fiesta que una de las demandantes le organizó a Assange la noche siguiente.
--Gran Bretaña no extraditó (al dictador) Augusto Pinochet ‘por razones humanitarias’, y ahora quieren extraditar a Assange por no usar un preservativo, ¡por el amor de Dios!”, concluyó Correa. (EFE)