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Miércoles 29 de agosto.- Según No Easy Day, Osama Bin Laden murió de un disparo en la cabeza cuando se asomó al pasillo de un piso superior de su casa mientras un comando especial de la Infantería de Marina estadounidense avanzaba hacia él.
El relato, al que accedió la agencia AP, corresponde a lo que el ex Navy Seal Matt Bissonnette escribió en su libro, donde narra en primera persona cómo fue el operativo en Pakistán que puso fin a la vida del líder de Al-Qaeda.
Él iba segundo en la fila de militares, liderados por un "vigía". Cuando se acercaban al final de las escaleras, dijo que escuchó dos tiros, pero el libro no deja claro quién disparó. Escribió que el vigía había visto a un hombre asomándose por una puerta del lado derecho del pasillo.
El terrorista no tuvo oportunidad de defenderse.
El sujeto volvió a su cuarto y los infantes de Marina siguieron adelante para encontrarlo tirado en el piso en medio de un charco de sangre con un agujero visible en el lado derecho de la cabeza, mientras dos mujeres sollozaban sobre su cuerpo. Cuando limpiaron la sangre de su rostro, estuvieron seguros de que era Bin Laden.
Bissonnette dice que el vigía retiró a las dos mujeres y las empujó hacia una esquina. Luego, el vigía y otros marines apuntaron la guía láser de sus armas hacia el cuerpo del jefe extremista, que todavía se movía, y le dispararon varias veces hasta que quedó inmóvil.
Los marines encontraron después dos armas guardadas en la entrada del cuarto, las cuales no habían sido tocadas, afirmó el autor.
Según la versión ofrecida por funcionarios gubernamentales sobre la incursión, los infantes de Marina le dispararon a Bin Laden cuando reingresó a su cuarto porque supusieron que estaba buscando un arma.
No Easy Day revive la discusión sobre si la operación tenía el objetivo de capturarlo o eliminarlo. En el texto, se afirma que durante la preparación previa, un abogado del Gobierno les dijo a los miembros del grupo de élite que no se trataba de una misión para asesinar al objetivo.
Portada del libro sobre el operativo 'Gerónimo'.
“Nos dijo que no debíamos abatirlo si estaba desnudo y levantaba sus manos", cuenta el autor. Si no representaba una amenaza, agregó, debíamos capturarlo vivo.
En otra revelación posiblemente incómoda para los funcionarios estadounidenses que dijeron que trataron con dignidad el cuerpo de Bin Laden, Bissonnette señala que en el vuelo luego de la operación, uno de sus compañeros estaba sentado sobre el pecho del cadáver.
Esta es una práctica común, ya que las tropas estadounidenses a veces tienen que sentarse sobre sus propios compañeros caídos en combate, en helicópteros atestados de personas.
El espacio era estrecho debido a que uno de los helicópteros se estrelló en el asalto inicial, lo que dejó poco espacio para las dos decenas de infantes de Marina en las dos naves restantes. Cuando llegaron al tercer helicóptero, dijo, trasladaron allí el cuerpo de Bin Laden.
Bissonnette escribió que ninguno de los marines eran simpatizantes del presidente y que sabían que su gobierno se atribuiría el mérito de haber ordenado la incursión. Uno de ellos dijo después de la misión que acababan de lograr, sin proponérselo, la reelección de Barack Obama.
El vocero del Consejo de Seguridad Nacional, Tommy Vietor, se abstuvo de pronunciarse sobre las versiones contradictorias. A través de un correo electrónico, afirmó: "Como el mandatario dijo en la noche en que se hizo justicia con Osama bin Laden: 'Agradecemos a los hombres que realizaron esta operación, dado que ejemplifican el profesionalismo, patriotismo y valor incomparable de quienes sirven a nuestro país'''.
El lanzamiento del libro estaba programado para el 11 de septiembre, pero el sello Dutton anunció que se podrá conseguir una semana antes, el 4 de septiembre, debido a un aumento de los pedidos por la publicidad previa, que lo llevó al primer lugar de las listas de ventas de Amazon.com y Barnes & Noble.com. (AP)