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MADRID, 29 de agosto.- Un fallo de comunicación provocó que saltasen las alarmas en el aeropuerto de Schiphol, en Ámsterdam, por un supuesto secuestro del vuelo VY 8366, procedente de Málaga.
Con 180 pasajeros a bordo, el avión de la compañía española Vueling, que cubría la ruta Málaga-Ámsterdam, despegó ayer del aeropuerto malagueño a las 10:40. La hora de llegada aproximada a su destino eran las 13:35 (hora local). El piloto perdió la comunicación con la torre de control holandesa, y al entrar en el espació aéreo holandés, sin previa autorización, las autoridades decidieron activar el protocolo de seguridad. De esta manera, el Ministerio de Defensa holandés autorizó el despegue de dos cazas F-16 que escoltaron al avión hasta su aterrizaje. Según algunos medios holandeses, a pesar de la pérdida de comunicación, el avión realizó una maniobra poco habitual en su aproximación a tierra, lo que al parecer también provocó sospechas sobre las intenciones del piloto.
Al aterrizar en la pista, le esperaba un dispositivo de emergencia. La Policía holandesa envió hasta un mediador para hablar con la tripulación de cabina y averiguar lo que ocurría.
Más de dos horas tuvieron que esperar los pasajeros en el interior del avión hasta que el mediador, que pertenecía a la unidad especial de la Policía holandesa, confirmó que se trataba de «un fallo de comunicación». Tras esto, los agentes dejaron que los pasajeros fueran trasladados en cuatro autobuses desde la pista al interior del aeropuerto. Allí, según medios locales, se reencontraron con sus familiares, que les esperaban congregados en una sala de conferencias del aeropuerto. Al caos inicial, se sumó que el aeropuerto de Schiphol, el quinto con más tráfico de Europa, había sido noticia unas horas antes por el descubrimiento de una bomba de la Segunda Guerra Mundial encontrada durante las obras que se estaban realizando en el mismo. El artefacto, de unos 500 kilos de explosivos, se encontraba cerca de la Terminal C, la que se utiliza para vuelos que se dirigen a países de la Unión Europea como España, Italia o Francia. Ayer por la tarde, según confirmaban las autoridades holandesas, la bomba había sido retirada para que los artificieros la pudiesen desarmar con seguridad. El aeropuerto se encontraba en una situación excepcional al haber encontrado este artefacto y esto pudo provocar que las autoridades del país actuaran con un exceso se seguridad ante el problema del vuelo VY 8366. De hecho, la compañía española afirmó que la torre de control había «sobrevalorado» el fallo en las conexiones.
Los pasajeros no fueron conscientes en ningún momento de las sospechas de secuestro: «Me di cuenta de que algo andaba mal cuando empezamos a dar vueltas por encima de Rotterdam. El capitán nos dijo que había algún problema en Schiphol», señaló uno de los pasajeros. «La situación en el interior del avión era relajada, en ningún momento se vivió algo parecido a un secuestro», relataba otra de las pasajeras del vuelo 8366 a una radio pública holandesa.
Al cierre de esta edición se desconocía si entre los pasajeros había ciudadanos españoles. Un portavoz de Vueling declaró a LA RAZÓN que, aunque no se descarta la presencia de españoles, la ruta Málaga-Ámsterdam «es realizada en su mayoría por holandeses» que vuelven a sus hogares después de las vacaciones. Fuentes del Ministerio de Exteriores tampoco confirmaron la presencia de españoles en el avión. (larazon.es)