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Lunes 1 de octubre.- Un estudio realizado durante siete años con 45 hembras salvajes de babuino ha identificado tres tipos distintos de personalidad entre las primates: amables, distantes y solitarias. Y, como ocurre con los humanos, estos rasgos de carácter influyen en su salud y, por lo visto, también en su capacidad reproductiva. Según los investigadores de la Universidad de Pennsylvania, ya sea en humanos o en monos, las personalidades que favorecen tener una robusta red de amistades conducen a una mejor salud y a una vida más larga. La investigación aparece publicada en la revista Proceedings de la Academia Nacional de Ciencias (PNAS) de EE.UU.***
Los investigadores han pasado los últimos 17 años observando a un grupo de monos que viven en la Reserva Natural de Moremi en Botswana. Al igual que ocurre con muchos otros primates, los babuinos tienen sociedades fuertemente jerarquizadas. Las hembras «heredan» de sus madres su grado de dominio y gozan de prioridad de acceso a los alimentos y compañeros. Pero las hembras de alto rango no siempre tienen un mayor éxito reproductivo. Esto sugiere que, cuando se trata del éxito evolutivo, la ventaja heredada no puede explicarlo todo. Por el contrario, los científicos se dieron cuenta de que ese éxito estaba más relacionado con tener una red estable de relaciones sociales pero, ¿de qué depende esta red?
Las hembras de babuino trabajan activamente para mantener estrechos vínculos sociales, pero, como los humanos, algunas parecen ser mejores que los demás. Durante siete años de observaciones en el hábitat natural de los animales, los investigadores midieron la sociabilidad de cada babuino: con cuántos se aseaba, su tendencia a ser amistoso, sus rasgos agresivos... También midieron los beneficios reproductivos, el número de descendientes vivos y sus niveles de estrés, según lo determinado por la presencia de ciertas hormonas en sus excrementos.
Los investigadores encontraron que la fuerza de los lazos sociales de un individuo no venía marcada en su totalidad por factores aparentemente obvios, como el rango de la hembra o el tamaño de la familia en la que nació. Una hembra podía tener un montón de parientes y ser una persona solitaria, mientras que otra sin familiares podía ser muy hábil para mantener contactos sociales.
Tres perfiles
Como en los humanos, estas habilidades tenían que ver con los rasgos de personalidad individuales. Para determinar la personalidad de las hembras, los investigadores prestaron mucha atención a sus gruñidos, su forma de comunicación. De esta forma, agruparon a los babuinos en tres perfiles de personalidad diferentes: "amables", "distantes" y "solitarios".
Las hembras amables eran amigas de todas las demás y con frecuencia gruñían a las hembras de menor rango para señalar tranquilidad. Formaban lazos sociales fuertes y duraderos con compañeros bastante estables a través del tiempo.
Las hembras frías eran más agresivas y menos amigables, y gruñían principalmente a las hembras de mayor rango que tenían crías. Establecían lazos más débiles, pero tenían preferencias sociales muy consistentes.
Las solitarias estaban a menudo solas y eran relativamente hostiles; gruñían principalmente para apaciguar a las hembras de alto rango sin crías. Tenían relaciones débiles con compañeros cambiantes.
De las tres, las solitarias tenían los niveles más altos de estrés, los lazos sociales más débiles y los interlocutores sociales menos estables en el tiempo. Esta situación se corresponde con una menor supervivencia de las crías y una menor esperanza de vida. Las hembras sociables y las distantes mostraban los beneficios sanitarios y reproductivos asociados con fuertes lazos sociales.
Según los investigadores, «esto desmiente la idea de que todo es competencia y conflicto». «Al ser un babuino agradable, aumenta la probabilidad de tener fuertes vínculos sociales, que a su vez se traduce en una mejor oportunidad de transmitir sus genes». (ABC)