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MÉRIDA, Yucatán, 27 de enero.- El empresario Agustín Illescas Molina, gerente de la casa museo Quinta Montes Molina, opinó que el Paseo de Montejo se convierte cada año "en una cantina gigante".
Añadió que el impacto turístico del Carnaval de Mérida es máximo, debido a que no genera nuevas corrientes de visitantes, y los hoteleros y huéspedes de la zona lo consideran un problema, ya que Paseo de Montejo se vuelve un bar, una cantina gigante que puede derivar en un problema de seguridad pública.
Añadió que es peor aún el que surjan grupos antagónicos abanderando la defensa de la avenida, ahora que se habla de disponibilidad de ocho millones de pesos para efectuar estudios con miras a un rescate.
Illescas Molina opinó que si ya está establecido el Patronato Paseo de Montejo, la Fundación Paseo de Montejo solamente llevará a que no se haga nada.
"Da la impresión de que ahora que hay dinero, despiertan intereses para ‘morder’ lo que no nos pertenece, porque somos habitantes o usuarios del Paseo de Montejo, pero la aplicación de esos recursos le corresponde únicamente al gobierno”, añadió.
Insistió en que mantener el Carnaval en Montejo implica un tema de seguridad pública debido a que las calles no están diseñadas para el desfile.
Indicó que hay avenidas como Mérida 2000 y Juan Pablo II con dimensiones ideales para la instalación de las gradas y hacer un buen derrotero del Carnaval, llevando a la gente hacia esos destinos.
Señaló que aunque habrá quienes digan que no irían por el transporte, todo el dinero que se invierte en remozar el Paseo de Montejo y las calles del Centro Histórico se podría canalizar a circuitos de camiones.