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MADRID, 26 de enero.- El debate sobre la posibilidad de devolver a la vida a un neandertal ha despertado el interés sobre la otra especie humana inteligente. Estos son algunos de los últimos descubrimientos sobre ellos que los hacen tan interesantes
1.-Practicamos sexo con ellos y nos benefició
Investigadores coinciden en que los seres humanos modernos y los neandertales, a pesar de tener diferencias anatómicas y genéticas, llegaron a amarse, al menos sí de forma física. Los encuentros sexuales pudieron producirse cuando el Homo sapiens llevó la tecnología del Paleolítico superior en su migración fuera de África. El cruce favoreció nuestra evolución y nos hizo más fuertes gracias a la introducción de nuevas variantes de genes del sistema inmunológico, esenciales para que el cuerpo pueda reconocer y destruir los patógenos. Estos genes, los HLA, son algunos de los más variables y flexibles de nuestro «código de barras». Nos permiten, por ejemplo, sobreponernos a un vulgar catarro. Los antígenos se extendieron entre los descendientes de las poblaciones mezcladas en Europa y Asia.
2.- Todos somos neandertales
Una cosa lleva a la otra. Los encuentros amorosos entre las dos especies humanas inteligentes explican que todos los seres humanos del planeta, con la excepción de los africanos, poseamos en nuestro ADN la huella neandertal. Entre el 2% y el 4% de nuestro genoma es su herencia. Lo sabemos gracias a Svante Pääbo, del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva (Leipzig), quien, con la colaboración de decenas de investigadores de todo el mundo, entre ellos varios españoles, culminó en 2010 la secuenciación del genoma del hombre de Neandertal.
3.- Aprendieron a hacer joyas y herramientas del Homo sapiens
Investigadores del Instituto Max Planck creen que los neandertales aprendieron a hacer joyas y herramientas sofisticadas de los primeros humanos modernos con los que convivieron en España y Francia hace 40,000 años. La capacidad de fabricar objetos y ornamentos sugiere que podrían haberse comportado de una manera que, hasta ahora, se pensaba que era exclusiva del hombre moderno.
4.- Eran presumidos y se adornaban con plumas
Los neandertales se colgaban collares hechos con conchas, se maquillaban y, por si fuera poco, se adornaban con vistosas plumas de aves, según un estudio internacional en el que participó el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). El empleo de plumas de córvidos y rapaces como ornamentación para el cuerpo refuerza la idea de que tenían pensamiento simbólico y los acerca aún más al Homo sapiens.
5.- Eran unos gastrónomos: cocinaban las verduras y comían marisco
Los neandertales cocinaban y consumían regularmente una variedad de vegetales, según un estudio del Museo Nacional de Historia Natural Smithsonian en Fairfax (Estados Unidos). Los científicos han llegado a esta conclusión tras examinar los dientes fosilizados de algunos de estos ancestros humanos encontrados en cuevas de Irak y Bélgica. Entre los dientes aparecieron restos de granos de almidón, raíces y tubérculos que habían sido tratados antes de ser ingeridos. Esto sugiere que los neandertales controlaban el fuego de forma muy parecida a como lo hacían los primeros humanos. Además, en la Península ibérica ya comían marisco hace 150,000 años, como pudo comprobar en Cueva Bajondillo, ubicada en Torremolinos (Málaga), un equipo internacional con participación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
6.- Curaban sus males con manzanilla
Uno de los remedios más populares contra los dolores de estómago o el «mal cuerpo» en la actualidad es tomarse una manzanilla. Los neandertales también lo hacían. No solo incluían en su alimentación una gran variedad de plantas, sino que conocían sus cualidades curativas y nutricionales. La manzanilla, probablemente cruda, les servía para tratar sus males. Un equipo de investigadores de España, Reino Unido y Australia obtuvo la primera prueba molecular de ese comportamiento gracias al análisis de restos dentales de cinco neandertales de la cueva de El Sidrón, en Asturias. Los neandertales tenían un gen que les permitía distinguir el gusto amargo, el que tienen la aquilea y la camomila.
7.- Intercambiaban a sus mujeres
Entre los neandertales, las hembras se intercambiaban entre un grupo y otro, una práctica que a ojos de una moral actual ortodoxa parece primitiva, pero que tenía su objetivo. Estos intercambios evitaban la endogamia, mientras que los varones tendían a permanecer en su núcleo familiar original y muy raramente abandonaban su territorio natal. El hallazgo fue realizado gracias al análisis de los restos de doce neandertales de la cueva asturiana de El Sidrón, descubiertos en 1994.
8.- ¿Pintaron Altamira?
Las pinturas rupestres de Altamira y de otras cuevas del norte de España podrían haber sido realizadas por neandertales y no por nuestros antepasados directos. Una nueva datación, llevada a cabo con la técnica uranio-torio en 50 pinturas de once cuevas españolas (entre ellas las de Altamira, El Castillo y Tito Bustillo), reveló que esa forma de arte primitivo es por lo menos 10,000 años más antigua de lo que se creía y procede, por lo tanto, de una época en la que los primeros Homo sapiens aún no habían llegado a Europa o estaban en camino. El hallazgo supondría que las famosas siluetas de manos en las paredes de las cuevas eran, en realidad, una firma neandertal, no nuestra.
9.- Su desaparición, un misterio
La desaparición repentina de los neandertales, hace unos 40,000 años, es uno de los mayores misterios de la evolución humana. Por qué dejaron de existir y de convivir con los seres humanos modernos es todavía un misterio. Varias investigaciones apuntan a que la llegada del Homo sapiens a Europa desde África tuvo mucho que ver con su trágico final. Los seres humanos modernos pudieron ser una amenaza competitiva para las poblaciones indígenas neandertales. Investigadores de la Universidad de Cambridge creen nuestros antepasados directos invadieron la región de forma masiva hasta alcanzar diez veces la población de los neandertales ya establecidos.
10.- Clonar un neandertal, ¿un hito imposible?
George Church, un destacado experto en genética de la Universidad de Harvard, exponía hace unos días en una entrevista a la revista alemana Der Spiegel la posibilidad de abrir un debate para volver a traer al mundo al hombre de Neandertal. El científico decía que es técnicamente posible, ya que tenemos su ADN, pero apuntaba que semejante hito se enfrentaría a importantes problemas éticos relacionados con los derechos y la seguridad de la madre y el niño, además de requerir la aprobación social. La mujer que participara en ese proceso y diera a luz al primer bebé neandertal moderno debería ser «extremadamente valiente». El investigador Carles Lalueza, del Instituto de Biología Evolutiva y que forma parte del proyecto Genoma Neandertal del Instituto Max Planck, valoraba la posibilidad en esta entrevista. (J. De J. / ABC)