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LONDRES, 28 de enero.- El gobierno británico reveló el lunes la segunda fase de su oneroso y polémico proyecto de construcción de una línea de tren de alta velocidad entre Londres y el norte de Inglaterra, destinado según el primer ministro David Cameron a estimular la economía británica.
La primera fase de este nuevo programa bautizado "HS2" (High Speed 2), que tiene un coste total estimado en 32,700 millones de libras (51,500 millones de dólares, 38,200 millones de euros), había sido anunciada hace un año.
Esta segunda fase, de un total de 340 kilómetros, extenderá el tramo previsto para 2026 entre Londres y Birmingham (centro), en dos nuevas líneas hacia Manchester y Leeds, más al norte, lo que permitirá reducir la duración de los trayectos a la mitad cuando estén terminadas, en 2032.
El HS2 llevará a Manchester o a Leeds. La primera sección (Londres-Birmingham) había sido anunciada previamente.
"El tren de alta velocidad es un motor de crecimiento que ayudará a impulsar la regeneración regional y fortalecer las economías regionales", declaró Cameron.
"Es vital que nos apuntemos a la revolución de la alta velocidad", agregó, afirmando que esta línea contribuirá a "asegurar prosperidad económica, reequilibrar la economía y respaldar decenas de miles de puestos de trabajo.
El gobierno señala que el proyecto, que el pasado verano se rumoreó que podía ser abandonado, debería crear al menos 100,000 empleos.
El plan, cuyo trazado definitivo será determinado tras una consulta pública, tiene también numerosos detractores, y no sólo entre los ecologistas, puesto que choca también con la oposición de residentes y diputados cuyas circunscripciones están afectadas por la nueva línea sin los beneficios de tener una estación.
"El gobierno habla de empleo y de regenerar el norte de inglaterra, pero en realidad proyectos de alta velocidad en otros lados han llevado los puestos de trabajo de las regiones hacia la capital", declaró Penny Gaines, presidenta de la campaña "Stop HS2".
El gobierno anunció igualmente que aplazó la decisión de conectar el aeropuerto londinense de Heathrow a Europa continental a través de la única línea de alta velocidad existente en el país, que cubre desde mediados de 2007 los 108 kilómetros que separan Londres del extremo británico del túnel construido bajo el canal de la Mancha.
Comparado con sus socios europeos, el Reino Unido lleva retraso en materia de desarrollo de la alta velocidad. Francia inauguró su primera línea de TGV, París-Lyon, en septiembre de 1981, y España, que abrió en 1992 el AVE Madrid-Sevilla, tiene actualmente la red más extensa de Europa con 3000 kilómetros en servicio. (AFP)