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MADRID, 18 de febrero.- Científicos de la Universidad de Michigan han encontrado numerosos rastros de agua en rocas de la corteza lunar recogidas por los astronautas de las misiones 15,16 y 17 en lo que se conoce como las tierras altas de nuestro satélite, las colinas lunares. Los científicos creen que estas zonas representan la corteza original y cristalizada de un océano de magma que la Luna poseía en sus comienzos, por lo que deducen que el agua ya estaba allí entonces. Estos resultados, que aparecen publicados en la revista Nature Geoscience, parecen contradecir la teoría predominante de la formación lunar a partir de los desechos generados durante un colosal impacto entre la Tierra y otro cuerpo planetario del tamaño de Marte.
«Debido a que estas son algunas de las rocas más antiguas de la Luna, se infiere que el agua estaba allí cuando se formó», afirma Youxue Zhang, responsable de la investigación. A su juicio, con la teoría popular de la formación de la Luna es difícil de explicar la existencia de agua en su corteza. Si se hubiera producido el choque entre la Tierra y el objeto celeste, del que posteriormente surgiría la Luna, «el material expulsado caliente debería haber sido desgasificado casi por completo, lo que elimina toda el agua», dijo Zhang.
En los últimos cinco años, las observaciones de naves espaciales y mediciones de laboratorio de nuevas muestras lunares de las misiones Apolo han anulado la antigua creencia de que la Luna está completamente seca.
En 2008, la medición en laboratorio de esas rocas encontraba pistas químicas relacionadas con el agua. Un año después, la sonda de la NASA de Observación de Cráteres Lunares (LCROSS) se estrellaba contra un cráter permanentemente en sombra lunar y provocaba la expulsión de una nube de material sorprendentemente rico en agua helada. También se han detectado hidroxilos en otras rocas volcánicas y en el regolito lunar, la capa de polvo y de fragmentos de roca que cubre su superficie.
En el último trabajo, los investigadores han utilizado espectroscopia infrarroja para analizar el contenido de agua en los granos de plagioclasa feldespato de anortositas lunares, rocas altas compuestas de plagioclasa en más de 90 por ciento y que se cree se formaron en la historia temprana de la Luna. Los científicos detectaron alrededor de 6 partes por millón de agua en las rocas.
«El descubrimiento sorpresa de este trabajo es que en las rocas lunares, incluso en aquellas formadas por minerales libres de agua, como las plagioclasas, se ha podido detectar la presencia de agua», explica el equipo. Esa agua no es líquida, sino grupos de hidroxilos distribuidos dentro de la venta del mineral.
El hallazgo demuestra que el interior de la Luna contiene agua de forma significativa desde sus comienzos, antes de que la costra se solidificara, y puede haber jugado un papel clave en el desarrollo de basaltos lunares. (ABC)