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LONDRES, 8 de abril.- Los conservadores británicos han cerrado filas en honor a Margaret Thatcher, despedida como "una gran patriota" y como la figura política más influyente desde Winston Churchill. La ex primera ministra murió "pacíficamente" y de un derrame cerebral a los 87 años de edad, según ha confirmado un portavoz de la familia.
La reina Isabel II recibió la noticia "con tristeza" y envió un mensaje de condolencia a la familia. El primer ministro británico, David Cameron, ha decidido interrumpir su gira europea y volver a Londres tras su viaje relámpago a Madrid para sumarse a la sensación de duelo nacional: "Hemos perdido una gran líder, una gran primera ministra y una gran británica".
Por deseo expreso de la propia Thatcher, no habrá sin embargo funeral de Estado. La ex 'premier' llevaba ya una larga década sufriendo problemas de salud y superó una apoplejía en el año 2002 que le obligó a limitar al mínimo sus apariciones en público y a llevar una vida de casi total reclusión en la casa familiar de Belgravia. En diciembre pasado estuvo ingresada en un hospital, y ya entonces se dispararon las alarmas.
La ex primera ministra Margaret Thatcher recibirá un funeral con honores militares en la Catedral de San Pablo londinense y posteriormente será incinerada, siguiendo los deseos de su familia, según ha informado la oficina del primer ministro, David Cameron. "Downing Street puede anunciar que, con el consentimiento de la reina, Lady Thatcher recibirá un funeral ceremonial con honores militares", ha informado en una nota oficial.
Su muerte se produce un año después del 30º aniversario de la Guerra de las Malvinas (Falkland Islands), que fue el punto de inflexión de su mandato (1979-1990). El estreno de 'La Dama de Hierro' sirvió también para reactivar el mito en las filas conservadoras y el odio enconado en la Gran Bretaña progresista, que la considera –junto a Ronald Reagan- como la precursora de la era del neoliberalismo económico que ha llegado hasta nuestros días.
Las críticas del pasado han dejado sin embargo hoy sitio a los elogios por su papel histórico, desde su contribución a la "caída" del Muro de Berlín a sus aguijones a la Unión Europea ("el afán centralizador del imperio belga") que han marcado la senda al propio Cameron.
Horas después después de su muerte, los políticos conservadores rivalizan con sus propios epitafios sobre la tumba de la 'Dama de Hierro'.
"Aunque unos la amaran y otros la odiaran, nadie puede negar que fue una gran patriota que creyó con pasión en su país y en su gente", ha declarado Nigel Farage, el líder del emergente partido nacionalista UKIP (UK Independence Party) que está marcando en los últimos meses la agenda política en el Reino Unido.
Margaret Thatcher se atrevió con todo: desde la casi destrucción de los sindicatos, el enfrentamiento con el IRA, la defensa de los intereses británicos frente a Europa, o el conflicto armado en las Malvinas. El exlíder reformador soviético Mijail Gorbachov ha calificado a Thatcher, tras conocer la noticia de su muerte, de «gran personalidad política» que «quedará para la historia»
Los 'tories' han olvidado temporalmente la secular división entre 'thatcheristas' y 'anti-thatcheristas' para ensalzar a su figura más emblemática de las tres últimas décadas. "Millones de personas tienen una deuda de gratitud con Margaret Thatcher", ha dicho el diputado conservador David Davis. "Gracias a su valiente compromiso, los principios de la libertad y la responsabilidad ondean hoy en el mundo".
Chris Moncrieff, redactor de la Asociación de la prensa británica, ha dedicado estas líneas a la «Dama de Hierro». The Guardian se hace eco de ellas.
«Margaret Thatcher fue la mujer que, prácticamente en solitario y en una década tumultuosa, logró transformar a toda una nación.
En la opinión de muchos de sus muchos admiradores, ella llevó a una Gran Bretaña infestada de huelgas de vuelta entre las mayores naciones industriales del mundo.
Sus detractores en cambio, la veían como la personificación de una nueva filosofía política insensible conocida por ambas partes como thatcherismo.
Incansable, valiente, inquebrantable y siempre al mando, ella fue la primera mujer de Gran Bretaña, primera ministra - y la primera líder en ganar tres elecciones generales consecutivas.
Margaret había estudiado química pero estaba empeñada en ser una política, en ese momento llegó el hombre que cambiaría su vida sentimental. En 1948 conoció a Denis Thatcher (1915-2003), un empresario 10 años mayor que ella y divorciado. Estuvieron casados 50 años y tuvieron gemelos. Sir Denis Thatcher falleció hace 10 años
La señora Thatcher se convirtió en la baronesa Thatcher, dimitió como primera ministra en noviembre de 1990 después de un año en el que su buena suerte cayó en picado. Fue un año en el que se enfrentó a una serie de dimisiones dañinas en su Gabinete. Sus juicios políticos fueron denunciados públicamente por sus propios colegas. La situación se volvió catastrófica: humillaciones electorales, luchas internas y un país que se cansaba de ella después de 11 años en el poder.
Pero la historia probablemente la proclame como uno de los líderes británicos más importantes de los tiempos de paz.
Sus admiradores creen que devolvió la unidad a la Gran Bretaña. Que transformó la nación a base de industrias pesadas y servicios públicos. Y que se proclamó como una de las personas más influyentes de Occidente.
Cuando Argentina invadió Las Malvinas, ella expulsó al enemigo en una operación militar incomparable a 8,000 millas de casa. También desafió con éxito la huelga nacional de mineros y a Arthur Scargill, que amenazaba con paralizar toda la base económica de Gran Bretaña.
Podían odiarla, pero incluso sus detractores no podían negar su energía o empujo. Incluso sus enemigos políticos admiraban secretamente a esta mujer que nunca contempló la derrota y para quien todas las cuestiones eran blancas o negras y no existía el gris.
Incluso sus enemigos políticos más amargos se vieron obligados a alabar su claridad de propósitos cruzados y su determinación, a sus ojos, para servir a «su gente».
El veterano de la izquierda Tony Benn frecuentemente la puso como ejemplo a la hora de dirigir un gran partido político y la comparó con lo que él consideraba como el «liderazgo».
Margaret Thatcher se alzaba por encima de todas las otras figuras políticas en Gran Bretaña y su dominio del Gabinete era supremo y raramente desafiado. Ella elevó Downing Street al nivel de la Casa Blanca y el Kremlin, símbolos de los entonces dos grandes superpotencias.
Sin embargo, la Dama de Hierro - un título otorgado por sus enemigos en Moscú, y que por cierto ella disfrutaba - no era severa, inflexible o estridente. Era agradable con los niños y no podía disimular su alegría cuando estaba junto a su nieto Michael.
Admitió que no podía hacer su trabajo correctamente sin el apoyo constante e ininterrumpido de su "maravilloso" marido, Denis. Fue, dijo, el "hilo de oro" que zurce su vida. Su muerte, en junio de 2003, algunas semanas después de una cirugía cardíaca, fue un golpe profundo para ella.
Sir Denis estuvo constantemente a su lado, protegiéndola y guiándola en todo tiempo y en todas partes. Fue una maravillosa fuente de aliento y consuelo cuando volvía a casa llorando después de un día particularmente agotador. No hizo ningún intento de ocultar su desprecio por quienes se oponían a su esposa, pero nunca se involucró en política.
El expresidente polaco y Premio Nobel de la Paz en 1983, Lech Walesa, ha asegurado que Thatcher «contribuyó a la caída del comunismo» en Europa. «Tuvo una gran personalidad e hizo muchas cosas por el mundo, contribuyó a la caída del comunismo en Polonia y en Europa del este con Ronald Reagan, el Papa Juan Pablo II y el sindicato Solidaridad», dijo un emocionado Walesa a la agencia Afp. «Rezo por ella», añadió.
Su muerte se produjo en un momento en que estaba quebrantada la propia salud de Margaret Thatcher, aunque ella era diez años más joven que él. La muerte de Sir Denis fue un duro golpe para Lady Thatcher. Pero había problemas más sombríos por delante.
Su hijo, Sir Mark - que heredó la baronía de su padre - fue acusado en Sudáfrica en relación con un complot para derrocar al gobierno de Guinea Ecuatorial. La noticia surgió cuando Lady Thatcher estaba de vacaciones en los Estados Unidos. Ella adoraba a su hijo y quedó claramente devastada. Finalmente su hijo evitó una larga pena de prisión, lo que podría haber dado lugar a una extradición fatal a Guinea Ecuatorial.
Thatcher siempre reconoció que los ataques personales y en particular contra los miembros de su familia, la herían profundamente. Pero ni la edad ni ninguna otra cosa iba a poner fin a la determinación de esta mujer de expresarse con vigor y pasión cada vez que sentía la necesidad. (El Mundo / ABC)