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BRUSELAS, Bélgica, 8 de abril.- Europa se ahoga en la austeridad mientras miles de millones de euros escapan impunemente al control de los Estados. La evasión fiscal preocupa a la Comisión Europea, máxime cuando los países miembros sufren la falta de recursos públicos. Los últimos episodios de desvío de fondos a paraísos fiscales, que hacen tambalearse al Gobierno francés, “confirman la urgencia de más y mejores medidas contra la evasión fiscal”, asegura el comisario europeo de Fiscalidad, Algirdas Semeta. El responsable comunitario pide sanciones para esos territorios opacos.
La Comisión asegura saber qué hace falta para luchar contra el fraude fiscal, pero no presiona para avanzar en esa línea. En un comunicado hecho público ayer, Semeta señala varias vías. La primera consiste en aplicar de forma general el intercambio automático de información fiscal entre países, “la manera más eficaz de permitir que los países recauden los impuestos que les corresponden”. En la actualidad el intercambio con terceros países funciona con dificultad, generalmente solo a petición de los Estados. Es decir, la información de sus contribuyentes en el exterior les es ajena, a no ser que detecten alguna irregularidad y entonces pregunten específicamente sobre ella.
El Hotel Atlantis, el hito mayor de Isla Paraíso (Bahamas). El archipiélago da muy poca información sobre las cuentas de sus clientes. (Corbis)
Además, Semeta insta a adoptar “una postura común sobre paraísos fiscales, incluidas sanciones contra los que dan facilidades a los evasores”. Y reclama bloquear las estrategias de ingeniería fiscal que llevan la ley al límite para evitar el pago de impuestos. Aunque no los menciona, el comisario se refiere a los numerosos casos de multinacionales que establecen su sede fiscal en países donde la imposición es muy reducida (por ejemplo, Irlanda) y trasladan allí las ganancias obtenidas en otros países europeos, que apenas se benefician de la actividad generada en ellos.
La caída en desgracia de Chipre y la quiebra de su modelo económico basado en la atracción de capitales y la fiscalidad barata, y el trabajo del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación que ha destapado las operaciones en territorios de baja tributación de cientos de miles de empresas y particulares de todo el mundo, entre los que está la Baronesa Thyssen, han vuelto a poner los paraísos fiscales en el punto de mira.
¿Qué son? ¿Cómo operan? ¿Dónde están? Les resumimos la operativa de estos controvertidos centros financieros.
Las Islas Caimán, Territorio Británico de Ultramar, conocido oasis fiscal. (Corbis)
1. Definición
Un paraíso fiscal es, según la definición más concisa ofrecida por la OCDE, un instrumento de competencia fiscal perjudicial.
Es más concreta y más precisa la definición que ofrecen los profesionales de la Hacienda Pública Española: son territorios de baja o nula tributación que, mediante normas específicas internas, garantizan la opacidad de las transacciones, con la ausencia absoluta de registros, formalidades y controles.
2. Origen
Los expertos sitúan el inicio del proceso de aparición de los paraísos fiscales en los años sesenta, si bien no fue hasta los años ochenta cuando se consolidaron como destino relevante del flujo internacional de capitales.
El comisario de Fiscalidad de la Comisión Europea, Algirdas Semeta, solicita una postura común sobre los paraísos fiscales y las sanciones para los que dan facilidades a los evasores. (Web de la CE)
3. ¿Cuántos hay?
Es un asunto controvertido. En 2009, en plena "refundación del capitalismo", la OCDE lanzó una ofensiva para acabar con el régimen de opacidad de estos establecimientos y les ofreció la posibilidad de abandonar su lista negra si acreditaban la firma de una docena de acuerdos de intercambio de información con otros países OCDE.
El incentivo surtió efecto y un puñado de meses después la lista internacional de paraísos fiscales se vació. Pero había truco.
"Mónaco, por ejemplo, firmó un acuerdo con Francia y luego con una decena de territorios de baja tributación, y así salió de la lista", señala José María Peláez, de la Organización de Inspectores de Hacienda del Estado. Otros muchos hicieron lo mismo.
España tiene una lista propia, más estricta. Se creó en 1991 con 48 países y, hoy, 36 continúan en ella. Han salido Andorra, Antillas Holandesas, Aruba, Bahamas, Barbados, Emiratos Árabes Unidos, Jamaica, Malta, Trinidad y Tobago, Panamá, San Marino y Singapur, pero otros como Chipre, Liechtenstein o Macao continúan en ella.
Para salir no basta con firmar un acuerdo con el Gobierno, sino que hay que acreditar el cumplimiento efectivo de las condiciones establecidas en el mismo. Y es que la simple firma, según el formato establecido por la OCDE, no garantiza que ese intercambio vaya a ser fluído.
Según Peláez, dichos acuerdos sólo obligan a los territorios a ofrecer información cuando se trate de peticiones individualizadas y justificadas por la existencia de indicios de la comisión de un delito.
Es un avance respecto a no tener ningún tipo de acceso a la información, pero no permite, por ejemplo, rastrear las cuentas bancarias de nacionales en dichos establecimientos como sí ocurre en el ámbito UE.
La República de Mauricio, país insular, otro paraíso fiscal. (Corbis)
4. ¿Dónde están?
Por todo el mundo. Se suele relacionar los paraísos fiscales con éxoticos destinos offshore en el Pacífico, como Fiji o Islas Salomón, o con minúsculas islas británicas que sería díficil situar en un mapa como Jersey, Guernesey o la Isla de Man.
La reciente crisis de Chipre vino a demostrar que incluso dentro de la UE se pueden encontrar este tipo de territorios. Ahí están Luxemburgo o Malta.
De hecho, hay varios paraísos fiscales por cada continente. Es una realidad global.
5. Relevancia económica
A finales del siglo XX, el Comité de Expertos de París estimó que la mitad del comercio mundial pasaba ya por paraísos fiscales; a inicios del siglo XXI el valor de los activos depositivos en este tipo de territorio superaba los 11 billones de euros.
Según un informe de la ONG Intermon Oxfam, esta cifra se ha elevado ya a 24 billones de euros, lo que significa que los paraísos fiscales ocultan una tercera parte del PIB mundial. Dice también que una lucha decidida contra estos territorios liberaría más de 90,000 millones de euros para, por ejemplo, combatir la pobreza en el mundo.
Según otra ONG, Tax Justice Network, entre 2005 y 2010, la élite económica mundial ocultó en estos territorios de baja tributación entre 15 y 20 billones de euros.
En España, según el Observatorio de Responsabilidad Corporativa, el 86% de las 35 mayores compañías españolas, las que cotizan en el Ibex, las que se identifican con la Marca España, tienen algún tipo de filial en paraísos fiscales.
6. ¿Qué ventajas ofrecen?
A las empresas, un cauce para reducir su factura fiscal, por tanto, su cuenta de gastos, y, como consecuencia de ello, para mejorar su competitividad.
El instrumento favorito de esta planificación corporativa es la sociedad holding, que permite eludir cualquier imposición cuando los dividendos generados se reinvierten en el extranjero y diferirla hasta que sea transferida al país de origen cuando su destino es alimentar las cuentas de la matriz.
Este tipo de sociedades ofrece a las empresas, por tanto, una vía alternativa de financiación, que ha hecho que muchas multinacionales hayan consolidado el hábito de establecer en territorios de baja tributación sus filiales de servicios.
Entre los 170 magnates que esconden fortunas en los llamados paraísos fiscales según reveló el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ), se encuentra el mexicano Dionisio Garza Medina, ex director de Grupo Alfa y miembro del consejo de administración.
Para los particulares, los paraísos fiscales ofrecen el camino más seguro para sus estrategias de planificación fiscal. Allí pueden depositar su dinero a salvo de la voracidad del fisco de sus países de origen y, además, el secreto bancario y la opacidad informativa les garantiza la discreción que necesitan.
La fórmula más habitual para esta estrategia son las llamadas sociedades offshore, que permiten constituir en sólo 48 horas, por 150 euros, sin apenas requisitos formales y garantizando la máxima confidencialidad un establecimiento financiero totalmente operativo y ajeno a miradas indiscretas.
7. Tipología
No todos los paraísos fiscales son iguales. Entre ellos hay competencia y como en cualquier ámbito, donde hay competencia se favorece la especialización.
Podemos encontrarnos con territorios especializados en fiscalidad empresarial como Jersey, Panamá o Liberia; y otros más volcados en la gestión de grandes fortunas particulares, como Mónaco, Andorra o Montserrat.
También hay modelos mixtos, entre los que el destino más significativo es Islas Caimán.
Un reciente informe del Instituto de Estudios Fiscales de España subrayaba que esta especialización había diluído la vinculación de los paraísos fiscales a un territorio determinado, generando nuevas tipologías.
Por ejemplo, los oasis fiscales, entendidos como zonas privilegiadas desde el punto de vista fiscal dentro de países de tributación estándar; los paraísos bancarios (Luxemburgo o Suiza); o los regímenes fiscales privilegiados para tipos de negocios o grupos de personas. (lainformación.com / elpais.com/ Spiegel)