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WASHINGTON D.C., 5 de mayo.- Una serie de sensores textiles en nanoestructuras, que puede integrarse en el sostén de las mujeres o en el chaleco de los hombres, permite la vigilancia de la condición de un paciente dondequiera que se encuentre, informa la Universidad de Arkansas.
Un equipo en esa universidad, que incluye a ingenieros, desarrolló el sistema de vigilancia inalámbrico que comunica la información sobre el paciente en tiempo real a un médico, un hospital o al paciente mismo.
"Nuestro e-sostén (sostén electrónico) permite una vigilancia continua y en tiempo real que identifica cualquier cambio patofisiológico", explicó en un comunicado el profesor de ingeniería eléctrica Vijay Varadan.
Por medio de un módulo muy liviano e inalámbrico, que puede sujetarse a esas prendas interiores, los sensores que se comunican con un sistema informático que recibe los datos dentro de un teléfono "inteligente", los comprime y los envía a una variedad de redes inalámbricas.
"Es una plataforma sobre la cual están integrados en la tela varios sensores para la vigilancia de la salud cardiaca", añadió y explicó que "la prenda recoge y transmite las señales vitales de salud a cualquier sitio en el mundo".
El sistema observa la presión sanguínea, la temperatura del cuerpo, el ritmo respiratorio, el consumo de oxígeno, algunas actividades neurales y todas las lecturas que se obtienen con el electrocardiógrafo convencional, incluida la capacidad de mostrar las ondas T invertidas que indican el comienzo del paro cardiaco.
El sistema no requiere ningún otro accesorio adicional para la medición de la presión sanguínea y por lo tanto puede sustituir a los monitores de presión más convencionales.
Asimismo, según sus inventores, puede sustituir a la molesta combinación de sensores del electrocardiógrafo y los cables sujetos con adhesivos al torso del paciente cuando se somete a una prueba de estrés en la cinta de correr.
Los sensores, más pequeños que una moneda de un centavo, incluyen nanocables de oro y nanosensores textiles flexibles y conductores de corriente. Los sensores se hacen con configuraciones de nanoelectrodos de oro entramados en un sustrato flexible.
A su vez, los sensores textiles se tejen en el material del sostén o el chaleco, y no requieren los electrodos adhesivos convencionales o el uso de una gelatina conductora.
Los inventores explicaron que las señales eléctricas y los datos fisiológicos recogidos por los sensores se envían al módulo inalámbrico contenido en una caja de plástico apenas un poco más grande que la caja de joyería que contiene un anillo.
El módulo, que es el componente inalámbrico crucial en el sistema, es básicamente una computadora con bajo consumo de energía, que incluye un amplificador, una antena, una tarjeta de circuito impreso, un microprocesador, un módulo Bluetooth, una batería y varios sensores.
El tamaño del módulo depende del consumo de energía y el tamaño mínimo de su batería.
Varadan dijo que las mejoras que se esperan en las baterías y el Bluetooth permitirán que los investigadores construyan un módulo aún más pequeño y liviano, de menos de 4 centímetros de largo, 2 centímetros de ancho y 6 milímetros de espesor, que reemplazará a la caja rígida.
Los datos recogidos por los sensores se transmiten, luego, a los teléfonos y otros aparatos portátiles disponibles en el mercado comercial, lo cual abre el uso del sistema más allá del mero cuidado de la salud.
Por ejemplo, explicaron los inventores, un atleta puede vigilar en su teléfono celular todas las señales mencionadas anteriormente, y otras adicionales como el número de calorías consumidas durante una sesión de ejercicios.
El programa de computadora incluye algoritmos de filtro que mitigan los problemas causados por el movimiento de los teléfonos móviles y otros aparatos portátiles durante el ejercicio.
Los usuarios, añadió Varadan, pueden ver todos los datos en una pantalla, y el conjunto incluye un sistema de posicionamiento global que rastrea la latitud y longitud exactas del paciente o el atleta.