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México, D.F., 4 de mayo de 2012.- Veracruz está sufriendo la violencia contra periodistas. El efecto es un temor generalizado que puede llegar a la autocensura.
Estamos frente a una amenaza grave. Hoy corren peligro y han sido víctimas mujeres y hombres que han elegido como profesión defender el derecho de los ciudadanos a ser informados, que se atreven a investigar, que logran vencer la autocensura por el alto riesgo de ser asesinados, torturados o desaparecidos.
El crimen organizado es la principal amenaza a la libertad de expresión. Han minado las libertades, la libertad de tránsito, la libertad de comerciar, la libertad de caminar por las calles o de jugar en los parques, porque los gobernadores, especialmente del PRI, no han cumplido con su responsabilidad de proteger y dar tranquilidad a los ciudadanos. No han avanzado en la certificación de sus policías, como sucede en Veracruz y Tamaulipas, con un avance de 14%, o en el Estado de México, con sólo 11% de personal certificado.
Si en el Siglo XX la censura oficial del PRI fue autoritaria y antidemocrática, la dictadura que hoy pretende el crimen organizado sobre la libertad de expresión por medio de las balas, constituye una de las principales amenazas a la gobernabilidad, al Estado de Derecho y a nuestras libertades.
Y las autoridades locales no pueden seguir siendo omisas sin asumir su responsabilidad.
El Congreso aprobó la facultad de la Procuraduría General de la República para atraer delitos del fuero común cometidos contra periodistas, personas o instalaciones que afecten, limiten o menoscaben el derecho a la información o las libertades de expresión o imprenta. Ahora está en el proceso de aprobación de las legislaturas locales para poder concretar la Reforma Constitucional.
Como Presidenta, garantizaré su estricta y rápida aplicación.
Y también voy a proteger la labor de los comunicadores estableciendo la Policía Nacional, formada por al menos 150 mil efectivos con disciplina militar.
Esta Policía Nacional coexistirá con aquellas policías estatales, e incluso municipales, que cumplan con su certificación, es decir, que de confianza a la ciudadanía.
Sin embargo, en los casos en que los gobernadores no cumplan con su responsabilidad de proteger y dar tranquilidad a sus ciudadanos, que no realicen la certificación de las policías por miedo o por corrupción, la policía nacional estará ahí para dar seguridad y paz.
La Policía Nacional será reclutada entre policías honestos de las policías estatales y municipales, que mientras dependen de jefes corruptos están atados de manos para defender a los ciudadanos.
Y los recursos de seguridad pública que ahora se van inútilmente a esos estados que no cumplen, serán para financiar las operaciones de la Policía Nacional en ese estado.
En los 12 años del Siglo XXI, México tiene libertad de expresión y los medios de comunicación pueden expresarse de manera amplia, sin mayores restricciones que sus códigos de ética o bien aquellas fronteras que cada cual decide adoptar.
Pasamos de la época de la censura, en que los dueños de los medios y los periodistas que no se apegaban a las reglas del poder sufrieron amenazas o persecuciones fiscales, al ejercicio pleno de la libertad de expresión.
Las formas del crimen organizado son muy directas: silencio o balas, silencio o muerte. La falta de responsabilidad o la complicidad de autoridades locales con el crimen organizado, es hoy la mejor carta con que cuentan los criminales en varios estados.
Como Presidenta no lo voy a permitir, porque cada vez que se amenaza, agrede, tortura o asesina a un periodista se matan pedazos de libertad y de democracia, se amplían los silencios y las complicidades, se fortalecen a los criminales y a la corrupción.
Porque como sociedad no podemos permitir que autoridades locales omisas o cómplices nos obliguen a conmemorar otro Día Mundial de la Libertad de Prensa con la noticia de la muerte de un periodista.
Porque la libertad de expresión es uno de nuestros más valiosos derechos y es base de libertades y dignidad. Boletín de la candidata panista a la Presidencia de la República, Josefina Vázquez Mota.