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El próximo 1 de junio se cumplirán 50 años de la muerte de Marilyn Monroe, la diva más importante en la historia del cine. La rubia representa al mito más trascendente y venerado de Hollywood. Su imagen ha traspasado las fronteras del tiempo y, en la actualidad, Monroe genera ganancias anuales superiores a los 250 millones de dólares. Se espera que este 2012 la suma de ingresos se duplique.
La película "Mi semana con Marilyn" (My week with Marilyn, 2011) se estrena a propósito del aniversario luctuoso de la estrella. A pesar de que el filme tuvo algunas nominaciones al Oscar, no se ha estrenado y su campaña publicitaria es ínfima. Quizá por las profundas críticas que la cinta hace al sistema de producción de Hollywood, poniendo énfasis en la forma inhumana en que se maneja y manipula la carrera de las grandes estrellas.
La trama se centra en el rodaje de "El príncipe y la corista", cinta que Marilyn realizó en Inglaterra junto al famoso actor Sir Laurence Olivier. Monroe llega a Londres en el verano de 1956, causando un gran revuelo. La carrera de la actriz está en su cúspide al igual que sus problemas emocionales: su matrimonio con Arthur Miller se tambalea, Lee y Paula Strasberg han logrado apoderarse emocionalmente de ella, el explotador Milton Greene maneja su carrera y su adicción a las pastillas la ha puesto en jaque.
Cuando Arthur Miller se ve obligado a regresar a Estados Unidos durante una semana, el tercer asistente de director, Colin Clark, recibe la tarea de asistir a la estrella. En esa semana, Clark se enamorará de Monroe. La relación entre ambos parece influir positivamente en el ánimo de la estrella, lo que favorece a Olivier quien desea concluir pronto el rodaje.
En el filme, Colin Clark se presenta como el hombre que pudo ver la verdadera esencia de Marilyn. Pareciera el único personaje que no está interesado en colgarse de su fama, lo que termina siendo una ironía al saber que, en la vida real, el tipo sólo pudo alcanzar la popularidad escribiendo libros sobre su convivencia con la diva.
El guion, escrito por Adrian Hodges, se basa en los dos libros autobiográficos de Clark: "Mi semana con Marilyn" y "El príncipe, la corista y yo". Nos presenta una Marilyn inestable, depresiva, ingenua, manipuladora, destructiva y adicta. Aunque algunos fans se han mostrado inconformes con este retrato, existen demasiados testimonios que confirman los constantes problemas anímicos y mentales de la actriz. Incluida la enorme posibilidad de haber heredado los conflictos maniaco-depresivos de su familia. A pesar de la fragilidad emocional, Monroe dejó una estela imborrable en el firmamento del cine.
La actriz Michelle Williams alcanza una interpretación perfecta emulando sus gestos, movimientos y hasta el tono de voz de Marilyn. Pero lo que más impresiona es que Williams entra al alma de la diva y logra trasmitir la desolación de su mirada. Lo interesante del guion es ver como los conflictos de la protagonista van influyendo en los demás personajes.
Kenneth Brannagh encarna a un Laurence Olivier deseoso de absorber parte de la juventud y fuerza de Marilyn pero al darse cuenta de los problemas que acarrea trabajar con la estrella entrará en conflicto y cuestionará su permanencia en el cine. Julie Ormond interpreta a Vivien Leigh, que no puede evitar compararse con Monroe y sentirse derrotada por el paso del tiempo.
"Mi semana con Marilyn" está hecha por un crew acostumbrado al trabajo en televisión, es por ello que hay algunos clichés formales y argumentales propios de la hechura televisiva. Por allí es donde aparecen ciertas flaquezas y debilidades. Sin embargo no puede negarse que tiene actuaciones extraordinarias, desde sus protagonistas hasta sus secundarios, pasando por Judi Dench como Dame Sybil y la actriz de teatro Zoë Wanamaker dándole vida a Paula Strasberg.
La cinta es un retrato complejo y humano de grandes personajes en la historia del cine. Es también una crítica certera al deshumanizado Hollywood, donde las estrellas son tratadas como mercancía.
Marylin es manipulada a través de fármacos —similar a lo ocurrido con Michael Jackson. "Pastillas para dormir, pastillas para despertar" dice el propio Olivier en una escena. Concluyo esta idea citando una frase de la propia Marilyn Monroe: "En Hollywood te pagan mil dólares por un beso y cincuenta centavos por tu alma".
Lo mejor: sus actuaciones y la complejidad de sus personajes.
Lo peor: el propio autor y protagonista se enaltece demasiado y la cinta tiene mucho del formato televisivo.