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Han pasado 10 meses ya, pero el recuerdo sigue tan fresco en su memoria como si hubiera pasado ayer. El cónsul honorario de Holanda, José Enrique Gutiérrez López, aún narra con sentimientos encontrados lo que vivió el 4 de julio de 2011 en la glorieta de Prolongación de Montejo, cuando como ciudadano, acudió a manifestarse en contra de la construcción del paso deprimido que el Ayuntamiento de Mérida, a cargo de Angélica Araujo, pretendía realizar a pesar de la oposición de los vecinos, de ecologistas y de arquitectos, entre otras personas.
Recordó que los trabajos para construir el paso deprimido habían iniaciado en la madrugada del 4 de julio, a pesar de que la entonces alcaldesa había dicho que la obra empezaría cuando terminaran las clases, lo que no cumplió.
—La gente estaba indignada porque no hizo caso a todos los argumentos válidos que se le dieron para no construir la obra. En un primer momento, Angélica no quiso escuchar a nadie. En un segundo momento, oía, pero no escuchaba y decía que a fin de cuentas se iba a hacer la obra. Y cuando se engalló más y se ensoberbeció más dijo: “no sólo haré uno sino tres”. Todo eso y el que hayan comenzado los trabajos como un madruguete, me llenaron el hígado de piedras.
Fui al lugar y al ver a las señoras defendiendo las posiciones, a mucha gente ahí afuera y a mi prima, Patricia Miér y Terán Gutiérrez, subida en la maquinaria y ser insultada, le dije a los conocidos que encontré ahí: tenemos que brincar, no podemos quedarnos aquí afuera, no podemos estar parados.
Lo peor vendría varias horas después. El cónsul recordó que 60 personas, comandadas por Carlos Herrera Chalé, llegaron y que un manifestante pidió con un megáfono no responder a las agresiones. Ellos se enojaron y gritaron a todo pulmón: Ivonne, Ivonne, Ivonne. Inmediatamente, se le fueron encima a la gente.
El cónsul honorario de Holanda, Jose Enrique Gutiérrez López (de sombrero y camiseta de colores) momentos antes de ser golpeado por los porros de Carlos Herrera Chalé el 4 de julio de 2010.
Agregó que primero esparcieron a la gente que estaba protegiendo por fuera, luego, abrieron las vallas y se vinieron contra los que estaban encima de la maquinaria —donde estaba él— y en donde se dio la peor golpiza porque los porros venían con la instrucción de bajar a la gente a como diera lugar.
—Cuando caigo de la maquinaria, por última vez, una de mis piernas quedo bajo el tractor. Oí que le dijeron al chofer: ya muévelo. Afortunadamente, alguien se dio cuenta que estaba mi pie abajo y me jalaron. Justo en ese momento avanzó el tractor. Así que estuve a punto de ser atropellado.
Recordó que antes de perder la consciencia definitiva, escuchó cómo uno de los porros gritó: “ese ya está frío, hay que llevárnoslo”.
Inmediatamente fue arrastrado por la calle por los mismos porros —que sin querer lo desnudan— quienes golpean a la gente que intenta ayudarlo. Luego le roban sus pertenencias para luego huir y dejar que otros manifestantes lo lleven al hospital.
Comentó que sabe que en las redes sociales lo dieron extraoficialmente por muerto, pero que se enteró de todo lo que ocurrió varios días después en el hospital a donde llegó grave por la complicación del corazón que padece.
—Así como hay mucha gente que me dice que siga, que están conmigo y que me apoyan, hay otras que me cuestionan el por qué sigo escribiendo en los periódicos sobre el tema y por qué sigo participando en las manifestaciones, ya que según ellos lo que sucedió el 4 de julio no es comparable con lo que paso en el 71 en el Distrito Federal o en el 68 cuando los soldados.
Y les digo: “entonces, ¿dado que no hubo muertos el 4 de julio, no fue grave? No hay que esperar que haya muertos en alguna manifestación pacífica para considerar grave el abuso de autoridad”.
Otros me dicen que qué hacíamos manifestándonos ese día y yo les digo: “ejercer nuestros derechos y a protestar. Afortunadamente, también hay mucha gente ha entendido que teníamos el derecho de estar ahí y que lo no debía haber ocurrido es que nos hayan golpeado.”
El cónsul honorario de Holanda, José Enrique Gutiérrez López en la entrevista que concedió a Artículo 7.
Sobre su demanda penal por los hechos del 4 de julio, dijo que en estos 10 meses no se ha logrado nada porque los expedientes están en la “congeladora” de los juzgados penales. Además, están amañados y hechos a modo para que no se pueda juzgar debidamente a los porros y a aquellos que los mandaron a golpear ciudadanos.
—Hay un encubrimiento por parte de la autoridad desde la averiguación previa, que está mal integrada y amañada para que los delitos por los que se les está acusando sean menores, como por ejemplo lesiones que tardan menos de 15 días en sanar. En mi caso, la denuncia incluye intento de homicidio, lesiones que ponen en riesgo la vida, robo calificado —porque fue con violencia—, abandono de la autoridad en el uso de sus facultades —porque no quiso prestar auxilio cuando se le pidió en ese momento.
Destacó que a pesar de la seriedad del asunto, las autoridades no solo han tratado de modificar los delitos para hacerlos menores, sino que han permitido que el cabecilla de los porros, Carlos Herrera Chalé, ni siquiera pise la cárcel. El líder de los agresores está amparado y además, ya pagó una fianza y por eso sigue libre.
Además, aunque oficialmente lo dieron de baja del rastro, el tipo sigue trabajando ahí. Así que pura mentira que el Ayuntamiento lo corrió.
Dijo que a todo esto se suma que le han ocultado su expediente, haciendo a sus abogados dar vueltas para localizarlo en las diferentes agencias que hay en la ciudad, para luego informarles que ha sido consignado, lo que ha impedido que presente más pruebas y evidencias.
Destacó que las autoridades también le han negado su petición de que el director del rastro vaya a declarar para saber qué hacía Herrera Chalé a esa hora en Prolongación Montejo cuando supuestamente debería estar trabajando.
Comentó que hay un amparo pendiente en revisión por denegación de justicia que está en un juzgado de Distrito y que no se ha querido atender. Han pospuesto la fecha de la audiencia preliminar.
—Hay más de 30 expedientes y en ninguno se ha actuado conforme a la ley.
A una pregunta, el cónsul dio a conocer que en una ocasión se encontró con Angélica Araujo, a quien miró, de frente aunque no le dirigió la palabra.
—Ella me vio y no me sostuvo la mirada, de hecho, bajó la cabeza y le pidió a la persona con la que estaba que se interpusiera en nuestra línea visual.
Agregó que es difícil saber lo que piensa una persona como Angélica Araujo para entender qué la mueve a ser una persona tan deshonesta y tan poco coherente en su actuación. Es incomprensible cómo el poder corrompió tanto y ver cómo sigue anhelando ese poder, que por supuesto, no merece.
—¿Cómo es posible que pretenda, dizque representarnos, cuando sabe que la sociedad la señala y la tiene como una persona deshonesta? ¿Qué puede pensar una persona de todo eso? ¿Será que vive tan engañada de si misma? La señora parece ignorar que hasta en el mismo PRI no la quieren.
Opinó que por vergüenza debería haberse retirado de la vida política en lugar de estar empeñada en estar en el gobierno 6 años.
Lo cierto es que los ciudadanos necesitamos saber ¿quién va a pagar? y ¿quién va a hacerse responsable de lo que sucedió en el Ayuntamiento en menos de dos años?
Ha habido algunos gobiernos municipales muy malos, como el de Guido Espadas Cantón y el del "Cheché" Ceballos, pero nunca uno tan malo como el de Angélica Araujo. Ha sido la peor gobernante municipal que en mis 58 de edad he visto.
Señaló que cuando se vota por una mujer para un cargo público es porque se intuye que son más honradas, eficientes y responsables en su gestión, pero Angélica defraudó, no solo a los ciudadanos, sino al género femenino.
Finalmente, dijo que los candidatos a la alcaldía de Mérida, especialmente el que sea electo, también deberán dar respuesta a tres puntos importantes en los que este Ayuntamiento ha defraudado a la ciudad: el peculado cometido con el concierto de Shakira, el latrocinio con el alumbrado público y por supuesto, el 4 de julio. L.I.