546 palabras
Zimatlán de Álvarez es conocido en el mundo entero por ser uno de los principales productores de amaranto, una semilla con grandes propiedades nutricionales y curativas, con la cual se produce, entre otros, el dulce conocido como alegría, al cual se agrega miel.
Es una población zapoteca del estado de Oaxaca, cuyo nombre de origen náhuatl significa lugar de la raíz del ayocote, planta de la familia de los quintoniles que produce un frijolón, base de la dieta de los zimatecos. Con una población de mil 500 habitantes, se ubica a mil 200 metros sobre el nivel del mar.
El apelativo de Álvarez se le dio en honor de Melchor Álvarez, destacado personaje de la Independencia, pero la fama definitiva le vino al comenzar a producir en gran escala el amaranto, de donde se exporta a las grandes ciudades y de ahí al mundo.
El amaranto, además de su valor económico, tiene propiedades nutrimentales y energéticas, al poseer proteínas, vitaminas, minerales, ácido fólico y hierro, según un estudio de la Organización Mundial de la Salud.
Del amaranto se pueden aprovechar su semilla, hojas y tallo, los cuales se procesan a granel, en atole y té, conservando en todos los casos los mismos nutrientes.
Mario Enrique Rendón Hernández, representante de la Cooperativa de Amaranto de Mesoamérica, que integra a 51 hombres y 37 mujeres, relata que su organización fue apoyada por la Agencia de Desarrollo Local Centéotl de Oaxaca, de la cual recibieron capacitación en siembra y cosecha, así como métodos para organizarse.
La Agencia de Desarrollo Local Centéotl elaboró un proyecto integrador, el cual fue apoyado por el área de Opciones Productivas de la Secretaría de Desarrollo Social.
Los cooperativistas se decidieron por el amaranto, ya que el maíz implicaba un mayor trabajo y no es bien pagado; en cambio, el amaranto tiene buen precio: actualmente se vende a 12 pesos el kilogramo y se estima que, en promedio, cada productor obtiene 500 kilos por cada 600 metros cuadrados de sembradío, por temporada.
La cooperativa está integrada por 76 productores de amaranto, quienes poseen 50 hectáreas, de las cuales obtuvieron una producción de 25 toneladas el año pasado. De esa cosecha, 10 toneladas se usaron para trasformación.
El resto de la semilla se muele para elaborar harina, enchiladitos, galletas y barritas, que posteriormente se envían a ciudades como Oaxaca, Guadalajara y el Distrito Federal, de donde llegan a exportarse al mundo entero.
El área de producción genera diez empleos directos y la planta de acopio otros seis, todos desempeñados por mujeres.
La comercialización del amaranto en Oaxaca se hace a través de veinte mujeres vendedoras comunitarias, quienes se encargan de llevarlo a la ciudad y a las comunidades cercanas.
La producción total de la cooperativa se vende en ferias, tiendas naturistas, a través de vendedoras comunitarias y se envía a las ciudades de Guadalajara y México, de donde muchas veces se exporta a otros países.