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Tres estrellas y media
Oliver Stone regresa a las historias violentas cargadas de acción. El estilo visual de este director, sostenido mayormente por efectos de edición, sigue tan funcional como en "Asesinos por naturaleza", aunque el guion de "Salvajes" no tiene la misma fuerza del que escribiera Quentin Tarantino en 1994.
"Savages" es la adaptación de la novela homónima de Don Wislow. Lleva en sus roles protagónicos a Aaron Johnson, Taylor Kitsch, Blake Lively y Salma Hayek. Participan también Benicio del Toro, Demián Bichir, John Travolta, Emile Hirsch y Sandra Echeverría.
Ben (Aaron Johnson) y Chon (Taylor Kitsch) son dos jóvenes californianos dedicados a la siembra de mariguana. Viven una relación amorosa de tres —ménage et trois— con una chica llamada Ofelia (Blake Lively). La tranquilidad se rompe cuando un cartel de narcotraficantes mexicanos, comandados por Elena (Salma Hayek), llega a California con el objetivo de apropiarse del negocio de Ben y Chon, famoso por vender una de las mejores hierbas del mundo. Para presionarlos, secuestran a Ofelia y la violencia se desata.
El texto de Wislow ofrece una visión interesante sobre las distintas caras del tráfico de drogas. Desde el típico sicario, violento y mal encarado —interpretado por Benicio del Toro—; hasta el nuevo modelo de narcotraficante: jóvenes, deportistas, educados, elegantes, altruistas y, hasta cierto punto, pacíficos. Pasando por las otras ramas necesarias del negocio como abogados, hackers, prestanombres, lavadores de dinero y policías que venden información a los delincuentes.
El punto de conflicto es cuando dos estructuras de la ilegalidad se enfrentan en una lucha por el control de la producción. El violento cartel mexicano queriendo despojar de todo a un par de gringos yuppies. Wislow nos sugiere que la violencia en el negocio de la droga es producto de su carácter ilegal pues, al no haber leyes, se convierte en una selva donde gana el más fuerte. Por eso el secuestro de Ofelia es necesario para que los protagonistas se vean forzados a enfrentarse a los villanos.
El guión tiene aciertos, pero en términos generales la estructura presenta fallos en su adaptación. Se introdujeron demasiadas escenas donde los personajes van dándose información unos a otros, especialmente una vez que se encamina al desenlace. No dudo que en la novela ese encadenamiento de sucesos funcione; sin embargo, en terrenos cinematográficos la acción se ve forzada a detenerse para ir justificando las faenas de los protagonistas. Es por ello que el espectador puede sentir una dilación del momento climático.
"Salvajes" tiene una unidad visual muy luminosa y de colores vivos. Como si la realidad fuese vista a través de filtros que saturan de luz las imágenes. Se trata de una historia violenta contada desde la perspectiva de Ofelia. Y es precisamente en ese punto de vista que Oliver Stone comienza a suavizar el efecto final del relato. Arrepintiéndose incluso de su desenlace y cumpliendo con ciertas complacencias que demeritan la fuerza de la película.
El director incorpora ciertos elementos de mexicanidad. Desde el uso de calaveras hasta emplear como contrapunto la música de la serie televisiva "El chavo del 8". Cada vez que suena la melodía, los protagonistas reciben correos electrónicos amenazantes.
En la parte actoral se demuestran las capacidades de Stone a la hora de dirigir actores.
El modelo Taylor Kitsch logra esbozar algo cercano a una actuación y diluye un poco el mal recuerdo de "John Carter". Salma Hayek tiene una gran presencia como reina del narco, con todo y su artificiosa y sexi peluca, aunque sus capacidades histriónicas son limitadas en las escenas de mayor dramatismo y que implican un manejo de matices.
Caso contrario es el de Benicio del Toro que logra sostener la tensión dramática como el despiadado y traicionero Lado. Otra que sale airosa es Sandra Echeverría con intervenciones breves pero vigorosas. Desde un personaje secundario, la joven mexicana consigue proyectar más emociones que la propia Blake Lively.
Lo mejor: el editaje, la unidad visual, Benicio del Toro, Sandra Echeverría y haber utilizado la melodía de "El chavo del 8" como contrapunto.
Lo peor: problemas en su estructura narrativa que parecen venir de la adaptación y provoca algunos titubeos en la trama.