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Stefano Gennarini relata sobre un informe presentado por C-FAM, Alliance Defending Freedom y Focus on the Family ante la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos. El tema es la reforma de los órganos creados en virtud de tratados y las extralimitaciones de aquellos que supervisan el cumplimiento de acuerdos a fin de introducir el derecho al aborto.
La Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos ignoró las inquietudes manifestadas por Estados Miembros y organizaciones de la sociedad civil sobre los órganos de la ONU creados en virtud de tratados que promueven el derecho al aborto.
C-FAM (editor de Friday Fax) junto con Alliance Defending Freedom (ADF) y Focus on the Family presentaron un informe a la Comisionada el mes pasado en el que señalan que los órganos de la ONU que supervisan el cumplimiento de tratados se exceden en su mandato cuando reescriben acuerdos vinculantes para incluir el derecho al aborto y luego ordenan a los gobiernos que adhieran a las nuevas normas.
Estas inquietudes, también manifestadas por Estados Miembros de las Naciones Unidas que se cansaron de responder a estas directivas de los comités de la ONU, no fueron atendidas en un informe recientemente emitido por la Alta Comisionada, Navanethem Pillay.
El informe de Pillay, titulado Strengthening the United Nations human rights treaty body system (Fortalecimiento del sistema de órganos de tratados de derechos humanos de las Naciones Unidas) efectúa una serie de recomendaciones cuyo objetivo es hacer más eficiente el trabajo de estos órganos, aunque también les confiere mayor poder y hacen que cuesten más de 110 millones de dólares extra anualmente.
Diez tratados de las Naciones Unidas depositados en poder del Secretario General de la ONU establecen un sistema de presentación de informes para sus estados partes. Estos presentan a los comités de supervisión informes periódicos acerca de sus avances en la implementación de los tratados. El sistema actual está plagado de ineficacia, trabajo acumulado y falta de legitimidad y ha habido intentos de reforma en los últimos diez años.
Lo más controvertido es que los órganos de tratados han desarrollado la práctica de ordenar a los países sobre qué leyes deben derogar o promulgar, siendo excesivamente críticos de la legislación que protege a los niños por nacer y de la que no otorga a los homosexuales los mismos derechos que a las parejas casadas.
La presentación de C-FAM, ADF y Focus señala que el mandato de los órganos de tratados, según se define en el texto de los acuerdos que los establecen, es estrecho y que estos órganos han ampliado su autoridad desde mediados de los noventa sin permiso de los estados miembros de la ONU.
En particular, la presentación pone de relieve la supuesta autoridad que los órganos creados en virtud de tratados han estado reclamando para sus opiniones, especialmente cuando dicen a los países que modifiquen sus leyes de aborto y de matrimonio. Los tratados que los establecen jamás les atribuyen autoridad alguna para efectuar tales demandas. Su función, según se define en dichos acuerdos, es simplemente la de ser facilitadores del diálogo entre los estados miembros de la ONU acerca de las prácticas relacionadas con los derechos humanos y depositarios de las iniciativas de derechos humanos de los estados partes de los tratados.
Aunque el informe de Pillay no es la última palabra sobre la dirección que la reforma de los órganos de tratados tomará en un futuro próximo, ya que solo los estados miembros de la ONU tienen esa autoridad, ejerce, sin embargo, gran influencia. Como Alta Comisionada para los Derechos Humanos, Pillay es la funcionaria de mayor rango y poder en el sistema de derechos humanos de las Naciones Unidas. Su oficina, conocida como OACDH (en inglés, OHCHR) es el centro de control normativo y logístico de la maquinaria de derechos humanos de la ONU, que incluye los órganos en cuestión.
C-FAM ha estado trabajando en el ámbito de la ONU durante 15 años. La Alliance Defending Freedom (antes llamada Alliance Defense Fund) es la firma de abogados provida y profamilia sin fines de lucro más grande del mundo y ha ganado 38 casos en la Corte Suprema. Focus on the Family es la mayor organización profamilia del mundo. Estas organizaciones han estado trabajando estrechamente durante meses sobre la reforma de los órganos de tratados.