1157 palabras
Algunos nos lamentamos de lo sucedido en México en 2012, el 1 de julio. El proceso sencillo y la medición de lo que podría suceder, para algunos estuvo siempre muy claro. Las preferencias de los electores estaban a favor de quien finalmente obtuvo alrededor de 38.5% de los 70 millones que fueron a votar.
¿Fraude? En el sentido estricto, ¡no! Cualquier argumento que intente sostener que hubo un “fraude aritmético” solo puede provenir de alguien incapaz de comprender lo que realmente sucedió. Si alguien pretende “mover gente” en base a un “fraude aritmético”, ese “alguien” es el fraude. El momento ha llegado en este país de que los ciudadanos entiendan a cabalidad sus verdadera responsabilidades.
Entiéndase esto: durante 7 años la figura de Peña Nieto fue de primer plana en la TV nacional con más programación para masas —telenovelas, deportes, noticieros. Eso, ¿es en un fraude? Sí, en la medida en que la cara de Peña Nieta, con el copete y las manos del político hablando de sus promesas cumplidas en el Estado de México, no tenían notas de relevancia nacional, entonces, ¿por qué colocarlo para que fuera visto, todos los días, sin excepción por el público de la telenovelas, los deportes y los noticieros?
¿Cuánto le pagó el PRI o los amigos del PRI a la televisora de las estrellas para que la carita de Peña se viera cada día, sin falta, como si lo que fuese que estaba haciendo era lo más importante? Ya se ha hablado de un movimiento que podría sumar hasta $1,800 millones entre diferentes orígenes relacionados con favoritismo al PRI y la o las televisoras. Es el pago por la nota, algo que debería estar prohibido totalmente por las leyes constitucionales.
Un medio publica una nota porque esta debe tener alguna relevancia para favorecer el nivel de información de calidad de los lectores. En la medida en que la calidad de la información con la que cuenta un ciudadano es mayor, en esa medida, será más razonado el voto que emitirá en el momento de una elección. La prueba de la pésima calidad en la información con que se le ha bombardeado al mexicano, el el resultado de la masacre electoral del 1 de julio de 2012.
Los que están contentos con la elección representan solo 38.5% del electorado, no de la nación. 25.41% no lo puede aceptar, ¡porque no lo puede creer! Con un gobierno federal que tiene, en su último año, 60% de aprobación nacional, ¿por qué no salieron los electores, en 60%, a darle su veredicto de aprobación en las urnas? Eso es lo que ese 25.41% no puede entender; y por eso, ese 25.41% no puede aceptar los resultados de la elección, pero no porque haya habido algún fraude al contar los votos, sino porque solo mentes defraudadas por información de pacotilla, podrían haberle dado ese nivel de apoyo a un candidato que no tiene ningún mérito, a no ser, ¡la carita!
Queda 31.5% por analizar: es el más duro, el más grave de todos. De este 31.5%, por lo menos 10% colocó su voto allí para evitar que el joven del copete llegara a la presidencia una vez más. Es un 10% que debería haber hecho que la opción de 25.5% llegara a 35.5%.
Algunos tuvimos el disgusto de recibir esas llamadas telefónicas para hacer una “encuesta”, muy tramposa, con preguntas que iban en esta forma:
Algunos recibimos esta “encuesta” por lo menos tres veces. La campaña ya había comenzado, pero solo en estas artimañas que fueron las que provocaron un movimiento de electores en forma infundada, sin sustento en hechos reales, del panismo hacia el priismo. El “fraude informativo” estaba en franco proceso, hasta llegar a la catástrofe histórica nacional del 1 de julio de 2012.
Yo escribo esto porque:
Algunas personas creen que lo que escribimos en México, los que tenemos el placer de hacerlo, solo lo hacemos porque alguien ya nos pagó para hacerlo. Hoy es domingo y son la 9:30 de la mañana. No tengo otra cosa más atractiva para mí, en lo personal, para hacer, que escribir lo que estoy escribiendo. Nadie me paga por hacerlo. De hecho, podría usar este tiempo para escribir uno u otro libro que tengo por allá, en desarrollo. Hago esto, entonces, porque me molesta sobremanera que se haya proferido un insulto a la nación el 1 de julio de 2012.
Y los culpables de ese insultó sí fueron los medios masivos de comunicación que se vendieron a la propuesta del PRI de hacer parecer que todo lo que hacían los gobiernos del PAN: o 1) no tenía importancia alguna, y por lo tanto, no había que mencionarlo; o 2) había que degradarlo en todo lo posible para ir formando una imagen negativa.
Los medios impresos de este país están sufriendo hambre: necesitan maíz y tienen que salir a buscarlo al mejor postor.
En esa forma, va a ser difícil progresar.
Los del movimiento #yosoy132 quieren hacer una revolución social y política, con todas las consecuencias que tal movimiento tendría. Lo quieren hacer porque a huevo piensan que solo López Obrador puede sacar al país de… ¿de dónde lo va a sacar? ¡Este país solo no ha progresado a mayor velocidad debido a la negación que el PRI y el PRD tuvieron! Se obstinaron en contra de las reformas constitucionales que fueron solicitadas por los presidentes Fox y Calderón. Eso, ¿por qué es tan difícil de comprender?