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Jueves 20 de septiembre.- Los pueblos de bosquimanos del sur de África encierran los secretos mejor guardados sobre el origen del hombre. Un nuevo estudio sobre la variación genética en la África sub-sahariana, donde se cree que se originó el 'Homo sapiens' moderno, resalta la importancia de la enorme riqueza de la historia genética de los que son los pueblos vivos más antiguos de la Tierra.
La investigadora de la Universidad de Uppsala (Suecia) Carina Schlebusch y sus colegas examinaron las variantes genéticas de 220 individuos de 11 poblaciones diferentes del sur de África para explorar sus relaciones y sus puntos en común. Los resultados indican que las poblaciones de bosquimanos, cuya divergencia de otros grupos africanos está considerada como una de las primeras en la historia de los humanos modernos, se separaron de otras poblaciones hace aproximadamente 100.000 años.
El genoma de 220 personas de 11 poblaciones subsaharianas -el mayor estudio africano hasta la fecha- confirma que los bosquimanos San descienden en línea directa de los primeros humanos modernos, que evolucionaron en el sur de África hace más de 100,000 años.
El dato ya se conocía en la comunidad científica, pero el trabajo de Schlebusch contribuye en gran medida a ampiar el conjunto de datos genómicos disponibles de los humanos más antiguos del árbol de la evolución humana.
Los investigadores, además, detectaron genes que estuvieron probablemente seleccionados en el momento en el que los bosquimanos se separaron de otros grupos de población de África. Estos incluyen genes relacionados con el desarrollo esquelético, como el crecimiento del cartílago y los huesos, o el sistema inmune o las funciones neurológicas.
El estudio revela cómo surgieron las poblaciones de humanos modernos alrededor del mundo a partir de una compleja historia evolutiva en África. Además, los resultados sugieren que otros estudios genómicos similares en el futuro pueden desentrañar alguno de los secretos que envuelven los orígenes de los humanos modernos.
Los bosquimanos hablan lenguajes-clic, en los que que las consonantes suenan como el chasquido que todos hacemos para indicar fastidio, o como el sonido de un beso. De hecho, el primer investigador en proponer que los San y otros bosquimanos representaban a la población ancestral de la humanidad moderna no fue un genetista, sino un lingüista: Joseph Greenberg, de la Universidad de Stanford, que propuso en los años sesenta que los lenguajes clic, hablados por pequeñas poblaciones de bosquimanos salpicadas por el sur y el este de África, formaban en realidad una sola familia lingüística, el khoisán.
El trabajo identifica los seis genes clave del desarrollo del cráneo y el cerebro que fueron objeto de selección darwiniana en aquella época, y que probablemente crearon la anatomía humana moderna en un plazo relativamente breve.
Pero es la genética, y también la arqueología más reciente, la que ha rescatado la hipótesis de Greenberg de un olvido tenaz que, en realidad, se originó en el mismo momento de su formulación. El gran lingüista y antropólogo murió en 2001, mucho antes de poder saber lo acertadas que iban a resultar sus teorías.
El nuevo trabajo es producto de una colaboración entre biólogos evolutivos, antropólogos, neurocientíficos y genetistas médicos coordinados por Himla Soodyall, de la Universidad de Witwatersrand en Johannesburgo, y Mattias Jakobsson, de la de Uppsala, Suecia. Los resultados se adelantan en la edición electrónica de Science.
"Los San tienen algo especial que añadir al mundo tanto genética como cultural y éticamente", dice Jakobbson como justificación de su trabajo. "La importancia de nuestro estudio es que pone el patrimonio San en el sitio que le corresponde en la historia, y también aporta el telón de fondo genético para estudios futuros".
Los investigadores han analizado 2,3 millones de snips (acrónimo inglés para "single nucleotide polymorphisms", polimorfismos de un solo nucleótido), o variaciones de una sola letra en la secuencia del ADN (tcctgataag..., el genoma humano tiene 3000 millones de letras). Y los han comparado en un promedio de 20 individuos de 11 poblaciones, de la mitad sur del continente, la mayoría de ellas hablantes de lenguajes clic, o khoisán. Esta es la mayor masa de información genética sobre las poblaciones subsaharianas obtenida hasta ahora.
"La divergencia más profunda en el seno de toda la humanidad viviente ocurrió hace unos 100,000 años", explica la primera firmante del trabajo, Carina Schlebusch, investigadora posdoctoral en Uppsala, en referencia a la separación genética entre los San y el resto de los pobladores del planeta, incluida la inmensa mayoría de la población africana. "Esa fecha es mucho antes de que los humanos modernos migraran fuera de África (hace unos 60,000 años), y el doble de antigüedad que el tiempo de divergencia de los pigmeos de África central y los cazadores-recolectores del Este".
Cuando dos poblaciones se han separado hace poco, como las de Oriente Próximo y el Mediterráneo occidental, sus genomas se parecen mucho, es decir, muestran una escasa divergencia. A mayor divergencia, mayor antigüedad de la separación entre ambas. Con muchos datos de este tipo, los genetistas han logrado reconstruir un mapa sorprendentemente detallado de la gran historia de las migraciones humanas. Y la mayor divergencia de todas -luego la separación más antigua- es la que se da entre los bosquimanos San y cualquier otra población del planeta. Es la forma que tienen los evolucionistas de reconstruir el pasado.
Soodyall, una de las codirectoras del estudio, que trabaja en el Laboratorio Nacional de Salud sudafricano, ha tenido una larguísima relación con los San y otros bosquimanos del sur del continente, y al igual que su colega Jakobsson hace una lectura histórica de los resultados del trabajo. Dice que son "un tributo fenomenal a los pueblos indígenas Khoe y San, a los que damos una oportunidad de reclamar su lugar en la historia del mundo". Soodyall, Jakobsson y otros autores del estudio tienen previsto visitar este mes a los grupos San del desierto de Kalahari para agradecerles su colaboración.
Las poblaciones de bosquimanos han padecido en los últimos siglos una extinción intensa y sostenida. El grupo más abundante en la actualidad son los hablantes de khoisán del sur de África, que cuenta con unos 250,000 hablantes.
Las sofisticadas matemáticas en que se basa la genómica actual han permitido a los investigadores enfocar su lupa sobre los genes que estaban experimentando procesos de selección evolutiva hace más de 100,000 años, antes de los bosquimanos empezaran a diverger del resto de la humanidad. Han encontrado seis variantes genéticas sujetas a una fuerte presión selectiva en la época, y que ahora son un patrimonio universal de la humanidad. Pueden ser los genes que hicieron evolucionar a nuestra especie desde un homínido más primitivo, piensan los autores.
Los nombre de los genes son ROR2 (implicado en el desarrollo del hueso y el cartílago), SPTLC1 (cuyas mutaciones se asocian a la neuropatía sensorial hereditaria), SULF2 (cuyas mutaciones subyacen a malformaciones esqueléticas y defectos en el desarrollo del cerebro), RUNX2 (que ya había sido asociado a la evolución de la anatomía humana moderna), SDCCAG8 (uno de los genes implicados en la microcefalia) y LRAT (asociado al alzhéimer). (EL MUNDO / EL PAÍS)