845 palabras
Viernes 2 de noviembre.- El huracán 'Sandy' logró lo que no lograron los atentados del 11S: suspender la celebración del maratón de Nueva York. El alcalde Michael Bloomberg había subrayado varias veces que la carrera se celebraría mañana, según lo previsto. Pero este viernes cambió de opinión por las presiones los políticos y de los vecinos afectados por el huracán y canceló una carrera que se había disputado todos los años desde 1970.
Bloomberg tomó anoche la decisión a menos de 48 horas del inicio del evento deportivo. "No podíamos permitir que una controversia sobre un evento deportivo, ni siquiera uno tan significativo como éste, distrajera la atención del trabajo tan importante que se está haciendo para recuperar la ciudad de la tormenta", decía el alcalde en un comunicado conjunto con New York Road Runners (NYRR): el club que cada año organiza el maratón.
El alcalde Michael Bloomberg (recuadro)canceló el viernes el Maratón de Nueva York, en medio de duras críticas porque originalmente mantuvo la carrera en pie mientras la ciudad sigue afectada por los destrozos de la tormenta 'Sandy'. Cada año participan unos 40,000 corredores de todo el mundo. (Foto de archivo de Reuters)
El alcalde había expresado varias veces su intención de salvar a toda costa la carrera. La última, este viernes a mediodía, cuando advirtió que se celebraría para "ofrecerle a la ciudad algo por lo que sonreír". Pero en las últimas horas había crecido aquí el rechazo a la celebración del evento. Sobre todo entre los vecinos de los vecindarios más afectados en los distritos de Queens, Brooklyn y Staten Island, cuyos habitantes fueron evacuados de sus casas o permanecen sin teléfono o sin electricidad.
"Quienes amamos a la ciudad y a la carrera pensamos que no sería el maratón que conocemos si no fuera un evento unificador y por eso decidimos cancelarlo", dijo un portavoz del alcalde. "Sabemos que es una decisión difícil para quienes llevan meses entrenándose y para quienes han venido aquí para correrlo. Pero siempre ha sido un evento unificador y este año se había convertido en un signo de división. Fue una decisión difícil y dolorosa pero necesaria".
La directora del maratón, Mary Wittenberg, había intentado esquivar la polémica rebautizando la carrera como 'Race to Recovery' y presentándola como un acto solidario con las víctimas del huracán. Por eso patrocinadores como ING y la familia Rudin ofrecieron cifras millonarias a las personas desplazadas y por eso los organizadores anunciaron que pedirían a los corredores que donaran unos 20 euros para las tareas de reconstrucción.
Pero el gesto no fue capaz de apaciguar el enfado de los vecinos de los barrios más afectados, quienes dijeron que la carrera sería una distracción en un momento difícil para la ciudad. Hoteles como el Hilton Gardens del distrito de Staten Island anunciaron que no respetarían las reservas de los corredores porque tenían las habitaciones llenas de vecinos evacuados.
Algunos corredores advirtieron que correrían el maratón en dirección contraria si se cancelaba la carrera, para protestar contra la decisión de disputarla pese al huracán, mientras que líderes políticos como la aspirante a la alcaldía Christine Quinn se mostraron a favor de la suspensión del evento. Pero la decisión no se anunció hasta unos minutos después de las cinco y media de la tarde mientras los corredores aficionados recogían sus dorsales y mientras atletas de élite atendían a los periodistas.
Anoche, entre los miles de afectados por la suspensión, el español Rafael Vega, que se proponía correr el maratón con su amigo José María Gallego con un objetivo solidario: recaudar fondos para una asociación sevillana dedicada a ayudar a los niños enfermos de cáncer (ANDEX), dijo: "Tenemos sensaciones contradictoria. Comprendemos los problemas de la tormenta. Pero a mí me habría hecho ilusión volver a correr. He terminado cinco veces el maratón y para mí es una carrera muy especial. En 2009 le pedí a mi chica que se casara conmigo a 100 metros de la meta".
Rafael no estaría en Nueva York si su esposa no hubiera encontrado vuelos en Iberia para José María y para él. "La suspensión es un contratiempo. Pero nosotros hemos pensado que el proyecto solidario merece que corramos este domingo el maratón y lo haremos dando cuatro vueltas a Central Park. No podemos defraudar a esos con cáncer". (EL MUNDO)