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CIUDAD DE MÉXICO, 1 de noviembre.- México ya no tiene alternativa: si quiere otorgar más apoyos sociales, financiar un seguro de desempleo y aumentar la cobertura del seguro popular, tiene que impulsar una reforma hacendaria y otra para el régimen fiscal de Pemex, advierte el secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), José Ángel Gurría Treviño.
“Son como el Alka-Seltzer: son dos y se toman juntos. ¿Cómo hablaremos de una reforma fiscal si no hablamos de cómo dejar de depender de Pemex, si le quitamos 70% de sus ingresos brutos y los secamos al grado de generarle pérdidas?”, refiere.
José Ángel Gurría Treviño, secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos. (Foto Germán Espinosa / EL ECONOMISTA)
Entrevistado por El Economista durante su visita a México, advierte que el país se ha quedado con “presupuestos chiquitos pero con necesidades que no son chiquitas”.
—¿A qué nivel de recaudación tendría que aspirar México?
Tenemos un presupuesto chiquito, de apenas 20 ó 22% del PIB, contra el promedio de la OCDE, que es 40 ó 44% del Producto. Si quieres tener una recaudación de 30 a 31% del PIB, tienes que aumentar los ingresos fiscales y dejar de depender de Pemex porque, como tienes pocos ingresos y eres “fiscalmente responsable”, es decir, no quieres generar mucha deuda, te quedas con presupuestos chiquitos pero necesidades de mexicanos que no son chiquitas.
—¿Cuánto tiempo nos tomaría elevar así la recaudación?
Bastante rápido, porque puede cambiarse el esquema fiscal y a Petróleos Mexicanos le pediríamos impuestos normales y que pague regalías al dueño, que es la nación, en vez de secarlo.
—¿Ahora sí están dadas las condiciones para tener una reforma de ese tamaño en México?
Por contar con los ingresos de Pemex no hemos hecho una reforma fiscal sencilla, moderna, de cumplimiento fácil, progresiva, transparente y competitiva, porque todo el mundo está reformando el esquema fiscal. Están bajando los impuestos al trabajo y capital y subiéndole a los del consumo, de emisiones de carbono, subiendo a los de propiedad. Y es una tendencia mundial.
De acuerdo con el funcionario, el IVA podría ser una alternativa para compensar la reducción de ingresos tributarios que traerá consigo el retorno escalonado de la tasa gravable del ISR a 28 por ciento.
“Es una tendencia mundial bajar las tasas de ISR, pero aquí el problema es que si uno (el país) tiene una situación fiscal apretada, tiene que buscar cómo compensarlo. Pueden subir el IVA o dejar que ya no tenga agujeros su esquema”, sugiere.
—Cada vez que intentan tocar al IVA hay reticencia generalizada...
Claro, porque han permitido que tenga una serie de agujeros por las exenciones y tratos preferenciales, tasas diferenciadas y muchos han hecho trampa aprovechándose de los agujeros. Lo que hay que hacer es promover IVA parejo sin exenciones y, si quieren proteger a los más vulnerables, que sea por la vía directa y no con exenciones que han hecho del esquema del IVA un queso gruyère.
—¿Cómo sensibilizar a la gente, a los sindicatos, de que se requieren estos cambios?
Si lo explicas bien y dices a la gente qué quieres, para qué lo quieres hacer, entonces, la gente entiende que estás tomando decisiones difíciles, dolorosas y de corto plazo, pero en un contexto que te llevará de vuelta al crecimiento sostenido. De otro modo, vamos tapando agujeros del día sin avanzar a un escenario de mediano y largo plazo.
—¿Y qué tendríamos que hacer con el federalismo fiscal?
Tenemos que incorporar a los estados y municipios en el precio de agua y Predial. Yo diría que habría que subir a todo mundo al carro, porque son diferentes niveles de gobierno pero, si no se ven de forma general, dejaremos muchos recursos en el tintero.
Gurría advierte que se terminó el margen de maniobra en las políticas fiscal y monetaria para estimular a la economía mundial. Ahora, o hacen reformas para elevar la competitividad y generar empleos o no les queda de otra.
—¿Tenemos que caminar hacia esa misma dirección?
México tiene que caminar hacia una reforma fiscal y una energética, una de la educación y seguir con las de la competencia. Una tras otra. Y terminar la laboral, que está atorada.
—La OCDE ha sugerido a México en muchas ocasiones que eleve la competitividad , ¿por dónde empezar?
La productividad es la base. La productividad multifactorial, no sólo del trabajo, ha sido negativa en México desde el 2003 y se requiere un esfuerzo adicional para volver su tendencia positiva. Y el único modo es con reformas. El problema es que sin reformas o con reformas chiquitas, esporádicas, no creces y vas llevando tu potencial a la baja.
De visita para participar en la última reunión que preside México en el G -20, asegura que el país ha tenido un desempeño “brillante” en el momento tan “difícil que le tocó estar al frente del grupo. En esta segunda vuelta de la crisis no es tan claro lo que se tiene que hacer. En la primera reunión urgente, allá en el 2009, fueron momentos duros pero era muy obvio lo que había que hacer. Ahora, se nos han acabado los espacios”, observa.
Refiere que la ausencia de Estados Unidos en ésta, la última reunión que preside México, es obvia y esperada, por la proximidad de las elecciones presidenciales de aquel país; sin embargo, descarta por completo que la ausencia del secretario del Tesoro, Timothy Geithner, vaya a restar importancia al relevo de la Presidencia del G- 20.
“Todo el tiempo hay elecciones en alguna parte del mundo y no podemos detener estas reuniones cada vez que se presenta un proceso electoral. Pero el mundo no se detiene, tenemos que seguir y, seguramente, le daremos igual seguimiento a la reunión”, finaliza. (EL ECONOMISTA)