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MOSCÚ, 4 de noviembre.- Unos 10,000 ultranacionalistas se han manifestado este domingo en Moscú para defender la identidad rusa y exigir la dimisión del presidente, Vladimir Putin. Es la primera vez que se autoriza la marcha por el centro de Moscú, en la que han participado numerosos jóvenes de estética neonazi y familias que portaban símbolos religiosos ortodoxos.
La marcha contra los extranjeros y contra Putin fue convocada coincidiendo con el Día de la Unidad Nacional, una festividad instaurada por el propio Putin en 2005 en sustitución de los festejos del aniversario de la Revolución Bolchevique de 1917 y en recuerdo de una revuelta rusa contra el dominio polaco-lituano de Moscú de hace 400 años.
La policía de Moscú detuvo hoy en el centro de la ciudad a 25 ultranacionalistas que se disponían a sumarse a la denominada "Marcha Rusa" ataviados con uniformes negros con la esvástica nazi. (Fotos Reuters)
Durante la marcha nacionalista se han gritado consignas popularizadas por la oposición como «Rusia sin Putin», mientras el presidente celebraba la festividad en un acto en la Plaza Roja rodeado de representantes de la Iglesia Ortodoxa, el Islam, el Budismo y el Judaísmo. «La gente unió sus fuerzas en nombre de Rusia, en nombre de la patria, por encima de clases, nacionalidades, religiones y otras diferencias», ha afirmado Putin tras depositar una corona en un monumento a la sublevación.
Miles de rusos recorrieron las avenidas peatonales del río Moscova, en el centro de la capital, con motivo de la fiesta nacional, el Día de la Unidad del Pueblo, que conmemora la expulsión de Rusia, en 1612, de los polacos.
«¡Rusia para los rusos, Moscú para los moscovitas!» ha sido una de las consignas más coreadas durante la marcha ultranacionalista. La Policía, que cifra en 6000 los participantes en la manifestación, ha informado de la detención de 25 personas por cargos de extremismo o por exhibir simbología nazi.
Los partidos de extrema derecha exigen además un mayor control sobre la inmigración, especialmente de los inmigrantes procedentes de las repúblicas rusas del Cáucaso, de mayoría musulmana. «Los inmigrantes no muestran ningún interés por integrarse en la sociedad rusa. Si las cosas no cambian, podrían producrise enfrentamientos étnicos masivos», ha denunciado uno de los participantes, Sergei, de 25 años.
A la conclusión de la marcha, los nacionalistas celebraron un mitin frente al histórico Parque Gorki.
En la marcha han participado grupos como la Unión de Portaestandartes Ortodoxos, cuyo líder, Leonid Simonovich-Nikshich, se ha declarado «contrario a la inmigración». «Estoy en contra de ideas como la tolerancia o lo políticamente correcto. En la Biblia no se habla de tolerancia», ha asegurado. La convocatoria ha tenido eco en ciudades como San Petersburgo, Kazan o Ekaterimburgo y también en ellas se habrían producido decenas de arrestos, informa la agencia de noticias rusa, RIA Novosti. Según datos de una organización de investigación, el Centro Sova, 20 personas fueron asesinadas y 130 resultaron heridas en agreciones racistas en toda Rusia el año pasado. (EP)