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Un grupo de vendedores de artículos explosivos realizó una protesta frente al Palacio Municipal para pedir se les autorice un mayor número de permisos y para que se instalen en la calle 65, entre 54 y 56.
No se puede jugar con la seguridad de los meridanos
A fin de poner orden y para mayor seguridad de los transeúntes, el Ayuntamiento autorizó en el Centro la instalación de 110 vendedores de explosivos exclusivamente en el parque Eulogio Rosado, ya que de esa manera se puede tener el control y vigilar que todos cumplan con las medidas para evitar accidentes de grandes proporciones, entre ellas el que cada expendedor cuente con extintor y cubetas de agua y de arena.
Un grupo de aproximadamente 35 personas se plantó frente al Palacio Municipal y cerró al tránsito la calle 62, para pedir que le den más permisos para la venta de explosivos.
El regidor Juan Barea Canul, presidente de la Comisión de Mercados, manifestó que desde hace más de un mes el Ayuntamiento sostuvo varias reuniones con los comerciantes de ese ramo en busca del consenso y, sobre todo de la seguridad debido al peligro que conlleva el manejo de pólvora.
Prueba de que no ha habido cerrazón del Ayuntamiento, está el otorgamiento de los 110 permisos para el Eulogio Rosado y los 420 para que vendan en la periferia de la ciudad, expresó el edil. Cada vendedor tiene productos que suman de medio a cinco kilogramos de pólvora, por lo que hay entre 265 kilogramos y 2.650 toneladas distribuidas en Mérida, por lo cual la Comuna tiene que tener mucho cuidado y mantener el control de ese comercio.
Barea Canul manifestó que el grupo que se manifestó frente al Palacio Municipal está liderado por los mismos que tienen los permisos del Eulogio Rosado y que ahora quieren más autorizaciones pero para ponerse en la 65 entre 54 y 56.
Están pidiendo 70 permisos más para ese sector que, para el día de hoy es uno de los más concurridos de la ciudad, expresó. Por otra parte, dicen que por tradición, después de la 1 de la tarde tienen manga ancha para la venta de explosivos pero el Ayuntamiento no lo puede permitir porque podría causar siniestros que pongan en peligro la vida de los numerosos peatones que acuden a ese sector.
Tanto agentes de la Policía Municipal como inspectores de la Subdirección de Mercados están vigilando que los vendedores cumplan con lo establecido, en tanto que Protección Civil Municipal supervisa que respeten las normas de seguridad. Ese control es lo que ha enojado a los líderes pero no podemos jugar con la seguridad de los meridanos, concluyó.