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Viernes 28 de diciembre.- Un grupo de científicos canadienses asegura haber descubierto las ruinas de una ciudad de proporciones gargantuescas sumergida al sur del Triángulo de las Bermudas, lo que asociaron con la Atlántida, el mítico continente desparecido hace aproximadamente 10,000 años. Los investigadores, encabezados por los expertos Paul Weinzweig y Pauline Zalitzki, encontraron mediante un sónar los restos de la presunta urbe, ubicada a unos 700 metros de profundidad hacia el norte de las costas orientales de Cuba, informó la agencia Prensa Latina.
Imagen de la ciudad según Weinzweig y su esposa, Zaliztski. Por cierto, no es para poner en duda su investigación, pero Pauline fue detenida en la Ciudad de México por fraude.
Las imágenes captadas muestran construcciones monumentales, entre ellas cuatro pirámides gigantes, una de ellas de cristal, dicen, así como cinco esfinges y varios monolitos grabados.
“Es asombroso. Lo que observamos en las imágenes en alta resolución del sónar son llanuras interminables de arena blanca y en el medio de esta bella arena se aprecian claramente diseños arquitectónicos hechos por el hombre”, afirmó Zalitzki a Russia Today.
La investigadora agrega: “No sabemos con certeza lo que es, pero no creemos que la naturaleza sea capaz de producir arquitecturas simétricamente planeadas, a no ser que sea un milagro”.
{youtube}KzRVTdPabDo{/youtube}Según apuntan los estudiosos, el Gobierno de EE. UU. descubrió el presunto lugar durante la crisis de los misiles en Cuba en los años sesenta, cuando los submarinos nucleares de crucero en el Golfo se encontraron con estructuras piramidales.
Ubicación de las ruinas submarinas.
En opinión del científico, el complejo pertenece a un período preclásico de la historia del Caribe y de América Central, poblado por “una civilización avanzada, similar a la cultura de Teotihuacan”. La Atlántida, mencionada y descrita por primera vez por el filósofo griego Platón, desapareció, según la leyenda, por una inundación, un gran terremoto o una erupción volcánica hace más de 10,000 años. A lo largo de decenios, este mito ha servido de inspiración para numerosas obras literarias, musicales y cinematográficas, especialmente historias de ciencia-ficción.
Respecto a la zona del descubrimiento, que también ha generado muchas supersticiones, en el 2010 un grupo de científicos llegó a la conclusión de que el gas metano puede estar detrás de las desapariciones producidas en el Triángulo de las Bermudas. La alta actividad volcánica originaría burbujas de este gas que, al ascender a la superficie, incrementarían exponencialmente su tamaño poniendo en serio peligro a las embarcaciones e incluso a las aeronaves que sobrevuelan la zona, cuyos instrumentos se tornarían imprecisos ante el repentino cambio en la densidad del aire.
La urbe habría quedado sumergida por un terremoto catastrófico que causó la elevación del nivel del mar.
Las pirámides subacuáticas son mucho mayores que las egipcias y se habrían construido con bloques de roca de diez toneladas.
Weinzweig y Zalitzki mencionan un teatro dispuesto como Stonhenge.
Se especula si pudo existir una civilización tan antigua que superase a la nuestra pero que no haya sido capaz de evitar la destrucción.
Ya sea la Atlántida o no, los científicos carecen de fondos para proseguir la investigación, y temen no poder proseguir porque Cuba planea llevar a cabo exploraciones petroleras en el área.
En cuanto a la posibilidad de que haya más edificaciones en mares mexicanos, Zalitzki comentó que no tienen todavía los permisos de exploración.
La investigación de Zalitzki y Weinzweig recuerda el hallazgo de Troya llevado a cabo por el tenaz Heinrich Schliemann.
Pero no todos los científicos creen en los descubrimientos. John Achave, de National Geographic, dice que no confía mucho en la tecnología de sónar y se abstiene de comentarios hasta que se compruebe directamente lo que hay allá abajo.
Robert Ballard, oceanógrafo, cree que la profundidad es demasiada para que lo que se interpreta como construcciones sea realmente hecho por la mano del hombre. 'El sónar es como una mancha de Rorschach: uno ve lo que quiere ver'.
En cuanto al geólogo marino Manuel Iturralde, pide no sacar conclusiones y acota que la naturaleza es más rica de lo que creemos. (mysteriousall.com / riseearth.com / Wikipedia)
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