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MOSCÚ, 26 de diciembre.- No hubo sorpresas en el Consejo de la Federación, el Senado ruso: la ley antiadopción fue aprobada este miércoles por unanimidad después de que la Duma Estatal o Cámara de Diputados hiciera lo propio el viernes pasado. Esta es la respuesta del Kremlin al acta Magnitski estadounidense, que castiga a los funcionarios rusos implicados en violaciones de derechos humanos.
Los senadores ignoraron las numerosas voces que se han alzado en contra de esta ley rusa que no solo introduce limitaciones contra funcionarios estadounidenses —como las aprobadas por el Congreso norteamericano respecto a los rusos— sino que prohíbe, además, la adopción de niños por parte de ciudadanos de Estados Unidos. Como resultado, los huérfanos, según los defensores de derechos humanos, son convertidos en rehenes de la política.
Siete manifestantes fueron detenidos este miércoles en Moscú ante la sede del Senado. Cinco protestaban contra la controvertida ley y los otros dos, a favor. (AP)
Si en la Cámara baja la aprobación de la polémica ley fue por aplastante mayoría, con solo 7 votos en contra y una abstención, en la alta fue unánime. Ahora la ley debe ser firmada por el presidente Vladímir Putin para que entre en vigor.
El líder ruso ya dio su apoyo al documento durante su maratoniana conferencia de prensa del jueves pasado —duró 4 horas y media—, por lo que la mayoría de los observadores piensa que lo firmará. La única esperanza es que, teniendo en cuenta el acuerdo firmado este año con Washington, Putin a última hora opte por no promulgar la ley. Pero es una esperanza débil, ya que que Putin criticó duramente el acuerdo y dijo que no se necesita un tratado que no funciona, ya que a los representantes rusos ni siquiera les permiten ser observadores en los procesos judiciales que ha habido en Estados Unidos por la muerte violenta de algunos niños rusos adoptados por norteamericanos. Es decir, que Putin se ha mostrado dispuesto a denunciar ese tratado y, según ha trascendido, el Ministerio de Exteriores ruso ya está preparando los documentos necesarios para ello.
Verdad es que el Departamento de Estado reaccionó a las críticas del presidente ruso y su portavoz, Patrick Ventrell, dijo que Estados Unidos está dispuesto a trabajar para mejorar el acuerdo, pero los analistas son escépticos al respecto y no creen que esa reacción pueda influir en el ánimo de Putin.
En un principio se había dicho que la ley, una vez firmada por el presidente, no impediría, por lo menos durante un año, que las adopciones continuaran hasta que terminase el proceso de denuncia del tratado firmado con Washington. Sin embargo, el defensor ruso de los derechos de los niños, Pável Astájov, explicó que, después de leer atentamente el documento, ha llegado a la conclusión de que las adopciones cesarán inmediatamente después de promulgada la ley. Esto significa que 46 niños que estaban ya en proceso de adopción por parte de estadounidenses deberán permanecer en los orfanatos rusos.
El multimillonario Mijaíl Prójorov, líder de la organización Plataforma Cívica, prometió dar 50,000 dólares a cada familia que decida adoptar a alguno de los niños en sustitución de las norteamericanas.
El actor Konstantín Javenski —icono del cine y la televisión locales—, que fue honrado con el título honorífico de Artista del Pueblo de Rusia, llegó hoy al Kremlin a recibir su condecoración de manos de Putin con una insignia hecha por él mismo, que decía: «Los niños no deben ser mezclados en política».
A pesar del rechazo que ha provocado la ley en ciertos sectores de la sociedad rusa, hay que reconocer que este documento cuenta también con muchos partidarios. Más aún, hay quienes desean llegar más lejos y adoptar una nueva ley que prohíba a todos los extranjeros, independientemente del país al que pertenezcan, adoptar niños rusos y sacarlos del país. (EL PAÍS)