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PRAGA, 4 de marzo.- El Senado checo ha votado a favor de destituir al presidente saliente, Václav Klaus, por traición en un radical pero muy simbólico acto que demuestra las profundas divisiones que el euroescéptico líder ha abierto en la sociedad checa.
La decisión adoptada por el Senado, dominado por opositores a Klaus de centroizquierda, remite al presidente al Tribunal Constitucional para que determine si violó la Carta Magna con la amnistía que aprobó en enero.
El primer mandatario checo, Václav Klaus.
Cuatro senadores han informado de que la Cámara alta ha decidido, por 38 votos a favor y 30 en contra, en una sesión a puerta cerrada, permitir los cargos contra el presidente. El mayor castigo al que se enfrenta Klaus, si se le encuentra culpable, es perder su puesto, la pensión presidencial y la posibilidad de volver a presentarse al cargo. Es leve, dado que el segundo mandato de Klaus termina el jueves, pero sería un golpe para el legado del político de derechas que ha soliviantado a algunos en Europa con sus puntos de vista euroescépticos.
La amnistía enfadó a la mayoría de los checos porque frenó el proceso de muchos casos que estaban siendo investigados por delitos económicos como malversación, una cuestión delicada en un país donde la corrupción y el fraude han copado el debate durante años.
Los senadores también acusan a Klaus de despreciar la Constitución al negarse a ratificar tratados europeos, y por negarse a legislar sobre el nombramiento de los jueces pese a que los tribunales le hayan ordenado hacerlo.
Una acusación del Senado es que Klaus se ha negado a ratificar un plan para establecer el plan de rescate del Mecanismo de Estabilidad Europeo para los países de la Eurozona, aunque éste había sido ratificado por el Parlamento. Esa decisión, de todos modos, no evitó que se creara el fondo. (Reuters)