341 palabras
BERLÍN, 3 de marzo.- Cuando el escándalo por la carne de caballo no ha concluido, la alarma en el sector agroalimentario europeo ha vuelto a saltar tras detectarse el viernes en Alemania una toxina altamente cancerígena presente en pienso para animales.
La sustancia, destinada a la alimentación de ganado vacuno, porcino y de aves de corral, estaba presente en 10,000 toneladas de maíz y ha llegado a más de 3,500 explotaciones agrícolas.
El pienso, procedente de Serbia, ha acabado en granjas principalmente de Baja Sajonia, y en menor medida, Renania del Norte-Westfalia, otras regiones alemanas y Holanda.
Una toxina fuertemente cancerígena fue encontrada en alimento para animales, como vacas lecheras, distribuido a más de tres mil granjas en Alemania. Funcionarios agrícolas dicen que la contaminación se originó en una entrega de maíz de Serbia a las granjas estatales en Baja Sajonia. (DPA)
“Se trata de sustancias tóxicas que pueden provocar cáncer, por lo que no debería llegar al consumo humano en ningún caso. Pese a ello, el fuerte sistema de control para los productos lácteos permitiría detectarlas con rapidez”, aseguraba el ministro de Agricultura de Renania del Norte-Westfalia, Johannes Remmel. También se pede detectar en las carnes.
La toxina, denominada Aflatoxina B1, puede pasar a la leche de las vacas que han consumido el pienso contaminado, aumentando el riego de padecer cáncer.
La aflatoxina B1, altamente cancerígena, es producida por hongos Aspergillus flavus presentes en los granos, y su nivel llegó a 0.204 mg/kg en los piensos contaminados, cuando el límite autorizado es de 0.02 mg/kg, según las autoridades.
Pese a ello, por el momento el Ministerio de Agricultura de Baja Sajonia ha descartado que exista peligro para la salud humana. (euronews / AFP)