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Reportaje de Laura Lucchini para La Nación / Spiegel
BERLÍN, 2 de marzo.- El drama de la enemistada familia del ex canciller Helmut Kohl volvió esta semana al centro del debate público y a dividir las opiniones de los alemanes.
Los hijos del veterano político democristiano y ex canciller que condujo la unificación alemana apuntan, en un libro, a su segunda mujer. La describen como una "bruja" que controla la existencia de un hombre enfermo, impide el acceso a sus hijos y amigos, y destruye la herencia de un político que escribió la historia mundial. Sin embargo, como en todas las tragedias, en esta historia también hay dos verdades que se contraponen.
Kohl fue un gigante de la política europea. En sus 16 años como canciller contribuyó de manera fundamental tanto a la reunificación alemana como a la construcción de la Unión Europea.
Helmut Kohl y su segunda y actual esposa, la 'bruja' Maike Richter, en imagen de DPA en 2011.
Su crecimiento fue tan excepcional, como dramática fue su caída. Cuando todavía era presidente honorario de la Unión Demócrata Cristiana (CDU, por sus siglas en alemán) quedó involucrado en un escándalo de financiaciones ilícitas. Fue entonces precisamente Angela Merkel, su delfina, quien le pidió que abandonara el cargo y limpiara la imagen del partido. Era 2000 y Kohl salía para siempre de la vida política alemana.
A su drama como hombre de Estado se sumó, con los años, la pesadilla de una familia dividida, siempre en primera plana con sus peleas, tanto en la prensa como en la literatura de los biógrafos que buscaban sacar a la luz historias oscuras. Kohl fue un político de talla mundial y paralelamente un padre ausente y un marido infiel a su devota esposa Hannelore. La imagen perfecta y prusiana de esta última se destrozó en 2001, cuando se suicidó en Ludwigshafen, tras vivir varios años aislada, víctima de una rara alergia a la luz.
La relación siempre difícil entre Kohl y sus hijos se complicó tras la muerte de Hannelore y en particular después de que, en 2008, se casara con una ex secretaria, 35 años más joven, Maike Richter. Aunque Hannelore pidió, poco antes de morir, que sus hijos se reconciliaran con el padre, esto parece ahora cada vez más difícil.
Anteayer por la noche Walter y Peter Kohl fueron invitados a uno de los mayores programas televisivos de la cadena ZDF para presentar un libro que apunta a rescatar la imagen de su madre en el 80º aniversario de su nacimiento.
Peter y Walter Kohl, hijos del ex canciller alemán, al presentar en TV un libro dedicado a rescatar la imagen de su madre. Los hermanos acusan a su madrastra, Maike, de impedirles ver a su padre. (DPA)
En esta ocasión, Peter recordó su primer encuentro con Maike Richter, en 2008, en el marco de una cita organizada por el padre. "Fuimos a su casa y fue una experiencia traumática: me quedó claro que la situación era otra [de la que esperaba]. Se trataba de un departamento repleto de artículos de fanáticos de Helmut Kohl, prensa, suvenires, no sabría decir en cuántos años había sido acumulado todo aquello. Quedó claro que había construido su vida en función de celebrar a este hombre."
Peter describió una relación complicada en la que siempre fue imposible hablar con Richter de cualquier tema, que no fuera el mismo Kohl, "parecía la oficina de propaganda". La situación cambió en 2008 cuando Helmut Kohl, quien ya se encontraba en una delicada situación de salud, cayó de las escaleras y sufrió un grave trauma cerebral. Peter lamentó que sólo fuera notificado de lo ocurrido tarde por la noche, cuando su padre ya se encontraba en un quirófano, y cree que no fue una casualidad. Fue, según él, el primer paso de muchos, que buscaron aislar a los hijos de su padre.
"En una familia que vivió dramas como los nuestros -agregó Walter Kohl- con la muerte de mi madre y el accidente grave de mi padre, es decisivo estar unidos."
Aun así, los hijos de Kohl acusaron a Richter por su reacción frente al accidente del padre, "donde él perdió de alguna forma el control de todo". Según los hijos, ella tomó una serie de medidas arbitrarias, alejó a colaboradores de toda la vida, como su chofer, y limitó, hasta anular, las visitas. Peter Kohl pudo visitar, con su hija, a Helmut por última vez en 2011, según confesó emocionado.
Además, también fue alejado de su entorno el biógrafo de la familia, Heribert Schwan, quien tenía acceso a los documentos personales del ex canciller, documentos de la policía secreta de Alemania del Este, cartas personales y conversaciones con líderes mundiales. Todo esto ahora está guardado bajo la custodia y arbitrio de Maike Richter, quien, según los hijos, no tiene la capacidad de administrar un patrimonio histórico tan importante.
Helmt Kohl con Hannelore, su primera esposa y madre de sus hijos, Walter y Peter, de vacaciones en Austria en el verano de 1975. (DPA).
Aun así, la cuestión polariza las opiniones. No todo el mundo ve a Maike Richter como a una bruja dominadora. "La vida al lado del canciller, cuya salud está significativamente afectada, no es ningún paseo", escribió el diario Die Welt en defensa de la mujer.
Es evidente que después del matrimonio ella exigió su derecho a tener una esfera privada.
Además surge una pregunta: ¿por qué sacar a la luz con tantos detalles un drama privado? Así se lo preguntó el presentador Markus Lanz a los dos hermanos. "Queríamos que fuera una demostración sin banderas ni pancartas, para Hannelore Kohl, nuestra madre", contestó Walter. Sin embargo, terminó siendo otra cosa.
Hannelore se suicidó en 2001, víctima de una rara alergia a la luz. La foto de DPA es de 1997, cuando tenía 68 años.