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KABUL, 1 de marzo.- Se registra una disminución en la venta de burkas, el tradicional vestido femenino usado en Afganistán y otros países musulmanes.
Desde la salida del grupo talibán del poder, a raíz de la invasión estadounidense de 2001, su uso ya no es obligatorio y eso parece haber tenido un impacto en los negocios dedicados a su venta.
Al principio, sin burka me sentía como si todos me estuvieran viendo. Ahora ya me acostumbré y si me la pongo, no puedo respirar.
Aunque se siguen confeccionando, sobre todo para la exportación, muchas mujeres prefieren no usar más las burkas.
Sin embargo, muchas tradicionalistas siguen vistiéndola y hasta hay mujeres que rechacen que se un símbolo de opresión, como suelen indicar algunos.
Algunos vendedores han optado por cambiar de giro y mejor vender importaciones chinas, pero otros perseveran en la venta de la prenda.
Algunos consideran que la prenda es símbolo de fuerza de la mujer.
Una tradicionalista prefiere el anonimato que le da la burka, aunque reconoce que sus hijas no quieren usarla.