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VARSOVIA, Polonia, 2 de marzo.- Que no se les vea mucho a los homosexuales para no avergonzarnos. Ese es el fondo de las declaraciones de todo un Nobel de la Paz y héroe de la democracia en Polonia, el líder sindicalista que se enfrentó al régimen soviético Lech Walesa, que ha sugerido que "los diputados homosexuales deberían sentarse en la última fila de los escaños parlamentarios, e incluso fuera del parlamento", justificando este segundo plano "porque sólo representan a una minoría".
El cofundador del sindicato Solidaridad, premio Nobel de la Paz y ex presidente de Polonia, Lech Walesa, dijo que los diputados gays deberían sentarse en la última fila. (Reuters)
Como cabía esperar, en Polonia estas declaraciones han levantado una gran polémica. Walesa estaba respondiendo a un periodista del canal de televisión privado TVN. "Sí, cerca del muro e incluso detrás del muro. En todos los campos les doy proporcionalmente lo que representan" en la sociedad, dijo el dirigente histórico de Solidarnok.
"Nosotros respetamos a la mayoría, respetamos la democracia", continuó, desplegando a continuación un concepto de democracia en el que parece negar a las minorías el derecho a la visibilidad. "La mayoría ha construido la democracia y esta pertenece a la mayoría. Y tenemos una minoría que camina sobre la cabeza de la mayoría. Yo no quiero que esta minoría, con la que no estoy de acuerdo, pero que tolero y entiendo, se manifieste en la calle y haga girar la cabeza a mis hijos y nietos", dijo Walesa.
A sus 70 años, sus juicios políticos siguen siendo muy escuchados y respetados en Polonia, aunque él mismo admite que sus ideas no concuerdan con la sociedad polaca actual. "Soy de la vieja escuela y no pienso cambiar. Entiendo que hay gente diferente, diferentes orientaciones y que tienen derecho a su identidad. Pero que no cambien el orden establecido desde hace siglos. No quiero ni oír hablar de eso. Que lo hagan entre ellos y que nos dejen en paz a mí y a mis nietos", dijo, aludiendo a que cuando pasea con sus nietos no desea tener que "volver la vista" al paso de una pareja homosexual.
Cualquiera que escuche a Walesa podría pensar que los homosexuales han tomado al asalto el parlamento polaco, pero lo cierto es que solamente una transexual y un gay se sientan en sendos escaños desde noviembre de 2011, tras las elecciones en las que el partido liberal Plataforma Ciudadana, liderado por el primer ministro Donald Tusk, obtuvo la victoria. Anna Grodzka y Robert Biedroń son miembros del Movimiento Palikot, anticlerical, que resultó una sorpresa en estos comicios en los que debutó con un 10% de los votos. (EL MUNDO)