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EL CAIRO, 2 de marzo.- Por el momento podría tratarse solo una hipótesis, pero la idea del Gobierno egipcio de poner en alquiler las Pirámides es tan suculenta que incluso el rico Qatar habría hecho una oferta a su Ejecutivo.
Según cuenta «Al Arabiya», el Gobierno egipcio estaría pensando «en alquilar o dar en concesión» sus maravillas arqueológicas a inversores extranjeros. Es decir, privatizar por un tiempo las pirámides y otros monumentos milenarios para hacer frente a la grave crisis económica a la que se enfrenta este país desde hace años.
Según los cálculos, el movimiento podría generar unos beneficios a las arcas egipcias de cerca de 200,000 millones de dólares. Una cifra que ayudaría a extingir la deuda del país.
La Gran Esfinge, y restos de su templo. Detrás, la pirámide de Kefrén.
Adel Abdel Sattar, secretario general del Consejo Supremo de Antigüedades ha confirmado en estos días en una entrevista emitida en «OnTv» que la propuesta ha sido formulada por el Gobierno.
Se trataría de dar en concesión a inversores de otros países -por ejemplo a «touroperadores internacionales»- algunas de las «joyas de la familia» del Estado egipcio: las tres Pirámides de Guiza (Gizeh), la Gran Esfinge y la zona de los templos de Abu Simbel y de Luxor.
Según informaciones publicadas por «Al Arabiya», Qatar -entre los primeros apoyos de la revuelta contra el exrais Hosni Mubarak- habría expresado su interés en gestionar estos importantes sitios arqueológicos egipcios por un periodo mínimo de cinco años.
La suma de dinero que Egipto recibiría a cambio sería de aproximadamente 200,000 millones de dólares, lo suficiente para pagar la enorme deuda nacional y relanzar su economía.
Por el momento, Adel Abdel Sattar ha confirmado solo la existencia de la propuesta del Gobierno, mientras que ha negado que Qatar y otros Estados ricos del Golfo estén metidos en el negocio.
El responsable del Consejo Supremo de Antigüedades ha explicado que la propuesta habría sido lanzada por el Ministerio de Economía y que su autor sería el intelectual egipcio Abdallah Mahfouz. Según el plan, estos sitios arqueológicos -o al menos su gestión- se subastarían en un concurso público en plazo muy corto.
No obstante, la iniciativa no ha sido acogida con entusiasmo entre el pueblo egipcio y el propio Abdel Sattar ha mostrado su disconformidad con esta idea. Pero la crisis económica sigue mordiendo este país que, en ausencia de estabilidad política y de recetas económicas creíbles, se estaría jugando su última carta ofreciendo al mejor postor sus atractivos turísticos y culturales. (ABC)