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ALEMANIA, 1 de marzo.- El fragmento del Muro de Berlín más largo que sigue en pie quedó hoy amputado: una grúa retiró entre protestas varios metros de la famosa "East Side Gallery" para avanzar con la construcción de un edificio de viviendas de lujo en la zona.
Varias decenas de vecinos y artistas se reunieron por la mañana en el lugar para protestar contra la reducción de la parte más famosa del Muro y de una de las atracciones de Berlín. A pesar del accionar de la grúa, los vecinos lograron detener las obras de perforación de la sección más larga de lo que queda del Muro de Berlín, un símbolo de la Guerra Fría, que consideran amenazado por un proyecto inmobiliario.
"Están demoliendo un bien cultural de todos los alemanes y del mundo", lamentó Robert Muschinski, miembro de una iniciativa ciudadana. "Es una vergüenza para esta ciudad. En este momento me avergüenzo de ser berlinés". (AFP)
La "East Side Gallery" es un fragmento de la pared de hormigón de 1.3 kilómetros pintado por artistas de todo el mundo tras la caída del Muro en 1989. Está considerado "la galería al aire libre más larga del mundo" y reúne algunas de las imágenes más emblemáticas del Muro.
Las obras procuran abrir un acceso a una torre de viviendas de lujo de 63 metros de alto que será construida en breve a orillas del río Spree. Además, el municipio de Berlín quiere permitir que peatones y ciclistas accedan a un puente previsto sobre el río, cuya inauguración está prevista hacia 2015. Se planea realizar dos perforaciones en una sección de unos 30 metros de largo.
El promotor inmobiliario, la sociedad Living Bauhaus, afirma que es necesario perforar el Muro por razones de seguridad. "No tiene relación ninguna con nuestro edificio, sino (que está relacionado) con directivas vigentes en el distrito", aseguró su principal dirigente, Maik Uwe Hinkel.
Para algunos berlineses, la capital alemana, muy endeudada, malvende sus últimos terrenos a empresas inmobiliarias, si bien el municipio aclaró que el terreno en el que se construirá el nuevo edificio de lujo se vendió a principios de los años 90.
El Muro "es un memorial de la Guerra Fría que recuerda la época en que Alemania estaba dividida", afirmó Sascha Disselkamp, quien dirige un club y un restaurante berlineses.
"No hay que permitir que se construya un edificio de viviendas y un hotel" de lujo, en un lugar donde murió gente, agregó.
"Es una herencia cultural y el único lugar, exceptuando Israel, con un muro que divide a la gente. Tenemos que ser capaces de experimentarlo", declaró Riet Meert, un belga de 32 años radicado en Berlín, quien trabaja como agente de disc-jockeys.
Aunque el Muro llegó a tener una extensión de 115 kilómetros, hoy apenas quedan fragmentos en pie. La euforia que desató su caída en 1989 y la fobia a la pared que había dividido la ciudad en dos durante casi 40 años hicieron que la mayor parte se tirara abajo o se vendiera a diversos países. (AFP / Reuters)