LONDRES, 26 de marzo.- "Nací como un rebelde y termino adornando un museo". Esto fue lo que dijo Michael Caine, hace unos días, en la inauguración de la exposición que el Museo de Londres ha organizado en su honor, coincidiendo con su 80 cumpleaños (el martes 14). Lo cierto es que la frase resume a la perfección la trayectoria de este actor, que se ha convertido en icono del gentleman británico. Pero Caine no tuvo siempre ese impecable acento y aire british.

Originario del barrio obrero de Bermondsey, el actor hablaba en cockney, jerga vulgar que tuvo que pulir en su primer película como protagonista, Zulú (1964). Por entonces, ya había cambiado su nombre original, Maurice Joseph Micklewhite, por el de Michael Caine. Conversando en una cabina telefónica con su agente, este le pidió que transformara su nombre artístico -entonces Michael Scott-. El actor miró a su alrededor y vio un cartel de la película 'El motín del Caine', le gustó y lo tomo prestado para siempre.

Como regalo de cumpleaños, Londres honró al actor con las llaves de la ciudad (Freedom of the City).

En 1966, llegaría su primera nominación al Oscar con Alfie, sin embargo, tuvo que esperar hasta 1986 para alzarse con su primera estatuilla, gracias a Hannah y sus hermanas, de Woody Allen. "Recibir un Oscar sirve para que puedas leer guiones que no tienen manchas de café de otros actores que los rechazaron primero", afirmó.

Caballero británico

Hollywood le concedió su segunda estatuilla, en 1999, por Las normas de la casa de la sidra. Un año después, Isabel II le nombró caballero, convirtiéndose en sir bajo su verdadero nombre, en honor a su padre, que se llamaba igual. En cuanto a su vida personal, Caine siempre ha destacado por su discrección.

Su primer matrimonio, con Patricia Haines, madre de su hija mayor, Dominique, solo duró tres años. En 1973 se volvió a casar con Shakira Baksh, con quien comparte otra hija, Natasha. El último trabajo del actor es la tercera parte de 'El caballero oscuro' (2012) y tiene dos filmes pendientes de estreno.

Londres tiene 'sir' para rato... (mujerhoy.com)