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ROMA, Italia, 7 de mayo.- Giulio Andreotti, quien fuera siete veces Jefe de Gobierno y una de las figuras clave de la política italiana desde la posguerra a los años 90, murió a los 94 años en Roma.
Nacido en la capital italiana, la trayectoria del democristiano Andreotti se vio salpicada por sus vínculos con la mafia, por los que afrontó siete procesos judiciales.
Eterno Andreotti. Fue siete veces Primer Ministro y murió siendo senador vitalicio. En 1992 el proceso Mani pulite terminó con su carrera. Desde 1946 participó o lideró gobiernos democristianos. Pero sus vínculos con la mafia empañaron la figura del estadista.
En el más importante de ellos fue acusado de mantener lazos con la mafia siciliana, pero fue absuelto por la prescripción de los hechos. Pero también fue un gran arquitecto de la política italiana desde el nacimiento mismo de la República en 1946.
Ayer, los políticos y analistas italianos evidenciaban su admiración por una figura que alcanzó la talla del estadista durante los años de la reconstrucción de posguerra y luego durante el auge económico de Italia.
Andreotti, quien era senador vitaliacio, estuvo gravemente enfermo en los últimos años y murió ayer en su casa de Roma. Hoy se celebrará un funeral privado pero no habrá funeral de Estado. Se hará un minuto de silencio en todos las actividades deportivas de esta semana. Ayer fue recordado en el Parlamento en Roma de la misma forma. Andreotti lideró su último gobierno entre 1989 y 1992.
Carrera brillante. Su carrera comenzó al concluir la 2ª Guerra Mundial. En 1946 fue elegido constituyente y al año siguiente fue nombrado subsecretario del primer ministro. Rápidamente escaló posiciones. Fue ministro de Finanzas, Presupuesto, Industria, Defensa, Interior (el más joven de la historia italiana) y Exteriores. Y sobre todo primer ministro siete veces, entre 1972 y 1992. En el 2006 los conservadores liderados por Silvio Berlusconi promovieron su candidatura a la presidencia del Senado, que perdió por pocos votos
"Era la política". El presidente Giorgio Napolitano declaró que durante medio siglo Andreotti jugó un gran papel en la política de Italia y la reconstrucción de Europa. El jefe del nuevo gobierno, Enrico Letta, comentó que fue un protagonista de primer rango de la democracia italiana.
"Andreotti era «la» política: reunía lo bueno y lo malo. Una personalidad extraordinaria", señaló por su parte Pier Ferdinando Casini, líder de la Unión de Centro, formación de origen democristiano. La Democracia Cristiana (DC) de Andreotti estalló literalmente en pedazos cuando en 1991-92 surgió el proceso anticorrupción "Mani Pulite", que terminó con esa agrupación y con sus aliados, los socialistas de Bettino Craxi.
Andreotti, quien era senador vitaliacio, estuvo gravemente enfermo en los últimos años y murió en su casa de Roma.
Si bien Mani Pulite fue bienvenido por la sociedad, dejó al país sin un sistema de partidos. Este es un mal que Italia padece aún hoy, como se vio en la reciente crisis. Berlusconi comentó ayer que Andreotti "defendió la democracia y la libertad en años difíciles". Y agregó, en referencia a los juicios por vínculos con la mafia, que Andreotti fue víctima de "vergonzosas acusaciones" orquestadas por sus enemigos de izquierda.
Medio siglo. Durante sus más de 50 años en el poder, Andreotti se relacionó con líderes mundiales como Charles de Gaulle, John F. Kennedy, Margaret Thatcher, Ronald Reagan y Mijail Gorbachov. Católico devoto de misa diaria, sus amigos en El Vaticano incluyeron a varios Papas. "El los escuchaba, y ellos (los Papas) lo escuchaban a él", comentó ayer el diario romano La Repubblica.
Andreotti era famoso por sus filosas ironías y su agudeza verbal y de análisis. Su astucia política, en un sistema de partidos casi intrínsecamente inestable como el italiano, creaba un escenario ideal para ejercer esas dotes.
En los años 70 Andreotti lideró un gobierno de unidad nacional que contaba con el apoyo de los comunistas. Durante ese período el líder de su partido, el ex primer ministro Aldo Moro, fue secuestrado y asesinado por las Brigadas Rojas. Se sospechó luego que el sector de Andreotti no hizo todo lo que podía por salvar la vida de Moro. Este era el adversario interno del área conservadora de la DC.
Los problemas judiciales de Andreotti comenzaron junto con la brusca declinación de la DC en los años 90. De los siete procesos judiciales por vínculos con la mafia, dos se destacaron por su impacto. Andreotti fue acusado de colaboración con Cosa Nostra, la mafia siciliana, por la muerte del periodista Mino Pecorelli en 1979. Este dirigía una agencia de noticias y tenía vínculos con servicios de inteligencia. Su predilección por investigar a figuras del mundo político habría tenido que ver con su violenta muerte. Pecorelli fue ejecutado en la calle de cuatro disparos. Muchos años después, en noviembre de 2002, una corte de apelaciones de la ciudad de Perugia condenó a Andreotti y a otro imputado a 24 años de reclusión por el crimen. Pero menos de un año más tarde, en octubre de 2003, la Corte de Casación anuló el proceso y absolvió a Andreotti y al otro imputado.
Un juicio demoledor. Al año siguiente, 2004, otra corte de apelaciones, la de Palermo, Sicilia, lo absolvió de otros cargos mafiosos. Pero en las consideraciones de la sentencia se daban por probadas conductas de Andreotti de colaboración activa con la mafia, que sin embargo habían prescripto. Este proceso fue el que más golpeó la figura pública de Andreotti. Un testigo protegido aseguró haber visto al líder democristiano dar el beso característico de la mafia al jefe máximo de Cosa Nostra, Salvatore Totó Riina.
Entre las actividades reprochadas por el tribunal a Andreotti estaba sus negociaciones con la mafia siciliana para evitar que asesinara al jefe local de la Democracia Cristiana, Piersanti Mattarella. Este fue finalmente asesinado en 1980. Otro caso que lo manchó fue el crimen del general Carlos Dalla Chiesa.
Andreotti, según el diario personal de Dalla Chiesa, estuvo de acuerdo con su nombramiento como jefe de policía en Palermo. Dalla Chiesa escribió en su diario que la rama de la DC que respondía a Andreotti era la más contaminada de presencia mafiosa. Fue asesinado a tiros en octubre de 1982.
Café insalubre. En los años 90 los tribunales investigaron a Andreotti por el crimen sin resultados. Otro caso en el que tampoco se logró incriminarlo fue el del banquero Michele Sindona, vinculado a la logia masónica P2. El financista estaba a mediados de los años 80 al frente de un banco quebrado, y pidió al parecer ayuda a Andreotti, por entonces ministro de Defensa. Poco después, en 1986, Sindona era asesinado mediante un café con cianuro.
Por su astucia, Andreotti era apodado en Italia de diversas maneras pintorescas: Belcebú, El Jorobado (padecía una deformidad en su columna vertebral) e incluso Julio Divino, como era llamado el emperador Julio César. En el 2008 el cineasta Paolo Sorrentino estrenó un documental llamado Il Divo-La espectacular vida de Giulio Andreotti, que fue premiado en el Festival de Cannes. (La Capital)