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Yo los llamo Los emisarios de la catástrofe. Para ellos nada tiene sentido: el país se cae en pedazos, el mundo es una porquería.
Hay otras formas de ver las cosas. Es sólo cuestión de analizar por dónde hemos transitado. Es precisamente en ese tramo —de varios millones de años— del cual podemos sacar las conclusiones que sustentan la afirmación de que hay una luz al final del túnel. O la vemos —y entonces, se renueva nuestra esperanza— o la negamos —y entonces vivimos en un legítimo valle de lágrimas, como dignos emisarios del desastre.
Muchos deben estar agotados de ver historias de felicidad eterna. Siempre se concentran en la vida de una persona, quizás una familia. Cuando analizamos esas historias de felicidad, al estilo Hollywood, invariablemente acabamos con un sentimiento de buenos deseos, pero con un fondo de imposible para todos.
El bienestar, si no es general, sólo será pasajero y habrá que mantener siempre una guardia para vigilar que no se esfume. El Quinto Método ofrece una sugerencia con sustento en la historia en la que todos estamos de acuerdo y en los elementos actuales que también están a la vista de todos.
Conjuntando esos elementos, proyectamos el futuro y exponemos lo que vemos, la dirección en la que podemos movernos. Me habría gustado decirlo en menos del tiempo usado. Si logro transmitir la idea, otros mejor capacitados para comunicar, podrán mejorar la transferencia de la idea.
Ya hay varios movimientos en la misma línea. Uno se llama Zeitgeist —que analiza a fondo la farsa monetaria en que estamos inmersos— y el otro fue bautizado con el nombre Project Venus —que analiza, también con muy buen sustento, por qué estamos ya a tiempo para diseñar una forma de vida de bienestar general.
El Quinto Método es una idea que revolotea entre mis conclusiones mentales desde hace varias décadas. Ojalá logre comunicar la idea. Gracias por tu interés.