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Cada año, en la celebración del día del árbol se presume: hemos plantado tantos millones de plantitas y hasta ahí, la sociedad nunca se entera de cuántos de esos millones de arbolitos realmente sobreviven porque esa cifra desnudaría una realidad: no hay una cultura de la reforestación en México, opinó Raúl Monforte Peniche, que impulsa la siembra de especies maderables en la entidad.
Ernesto de la Cruz, Raúl Monforte y Pedro Cabrera observan una planta de cedro En una extensión de 436 hectáreas, el profesor Raúl Monforte devuelve un pedazo del pulmón de Yucatán, cuya destrucción avanza a paso veloz ante las necesidades económicas de los hombres del campo.
Cuando entendamos que devolver al planeta sus condiciones naturales puede ser un buen negocio, las cosas cambiarán, sostiene.
Monforte Peniche invitó a la Fundación Produce Yucatán, a un recorrido por sus campos de cedro, caoba y otras maderas preciosas como teca y melina, ubicadas en terrenos de Sucilá y Espita. Se trata de un proyecto que impulsa desde hace más de un lustro, conocido en esta zona como Maderas de los dioses.
Empresario, ganadero, pionero en el cultivo de papaya, asesor de proyectos agropecuarios, demuestra que con una inversión de $400,000 por hectárea, un cultivo de maderas preciosas te devuelve, en 18 años, unos seis millones de pesos: Es una utilidad muchísimo mayor de lo que te dejan los intereses bancarios, comentó.
No es necesario ser rico para incursionar en este negocio. Incluso, en municipios aledaños impulsaremos un proyecto: ofreceré en forma gratuita asesoría, las plantitas y hasta la casita para que los campesinos convivan con su familia los fines de semana; ellos se encargarán de mantener y cuidar sus cultivos de maderas preciosas. Al final, tendrán utilidad segura porque me comprometo a comprarles la totalidad de su producción, expresó.
Destacó la importancia de la familia en el proyecto: Cuando vienen los interesados, les pido que traigan a sus esposas porque si ellas no están de acuerdo, el proyecto no funciona. El chiste es que los fines de semana, la familia disfrute de un día de campo, de convivencia con la naturaleza. En los primeros años se disfruta el proyecto: el dinero viene después, indicó.
Puntualizó que no es necesario esperar 18 años para obtener ingresos en esas plantaciones, porque es posible combinar las maderas preciosas con otros cultivos que dejen ingresos. Además, con el aclareo de esas plantaciones, se obtiene madera que se puede vender en el mercado de las artesanías, carpinterías y mueblerías.
El proyecto cuenta con un vivero de cedro, caoba, teca y melina ubicado en la ex hacienda azucarera Santa Cruz. Monforte Peniche consideró que una opción para los campesinos es la siembra de teca, porque su período de maduración es más corto que el del cedro y la caoba y rinde frutos a mediano plazo.
El Profr. Peniche Monforte propuso a la Fundación Produce transformar ese pulmón en un centro de transferencia tecnológica, en una alianza que impulse la investigación en materia forestal en la entidad.
El presidente de Produce Yucatán, Pedro Cabrera Quijano, se mostró interesado en la propuesta y recordó que la institución a su cargo ha canalizado recursos a la investigación de ese rubro, porque considera que la siembra de maderas preciosas, combinadas con cultivos de hortalizas y otras especies de corto plazo, representa un fondo de jubilación muy redituable.
En el recorrido estuvo presente Ernesto de la Cruz Olguín, presidente local de la Cámara Nacional de la Industria Maderera y tesorero de la Fundación Produce Yucatán.