355 palabras
Dos estrellas
"Aprendiz de magia negra" ("Krabat") es una cinta alemana que promete más de lo que realmente ofrece. Dirigida por Marco Kreuzpaintner y basada en la novela de Otfried Preußler, es la historia de un joven que es contratado para trabajar arduamente en un viejo molino. Krabat y sus compañeros de oficio están bajo las órdenes del tirano dueño del molino. Por las noches, los jóvenes son inducidos, por su empleador, en el estudio de las artes oscuras. El Maestro es un malvado hechicero que seduce a Krabat y los demás en la hechicería. No pueden escapar de él debido a su gran poder y su capacidad de escuchar los pensamientos.
Lo único rescatable de esta cinta es su excelente fotografía. Desgraciadamente no es suficiente para convertirla en un producto interesante. El inicio del filme es prometedor: tomas panorámicas que hacen buen uso del paisaje, una escenografía estilizada y una atmósfera tenebrosa. Pero todo empieza a venirse abajo cuando los elementos fantásticos aparecen, chocando con el planteamiento fúnebre de sus primeros minutos.
El villano es un estereotipo tan simplón que viste de negro y lleva parche en el ojo; Krabat es un héroe indefinido entre objetivos románticos y mágicos. Un amasijo sin sentido de fantasía, aventuras, acción y romance que va tropezando en sus interminables 2 horas.
Lejos de desarrollar, la trama se boicotea una y otra vez con un guión que no sabe a donde ir. Personajes que aparecen y desaparecen a capricho, situaciones discordantes, subtramas mal integradas y diálogos poco imaginativos hacen de "Krabat" un lamentable ejemplo de mal cine alemán.
Lo mejor: sus primeros minutos y su fotografía.
Lo peor: el guión está plagado de errores y la trama desarrolla con saltos incoherentes.