663 palabras
Cuatro estrellas
A estas alturas del partido nadie puede objetar que Clint Eastwood es uno de los mejores directores de Hollywood. Por eso no sorprende que su nueva película "Más allá de la vida" esté elaborada con maestría; lo que sí sorprende, es que Eastwood se introduzca de manera más explícita en anécdotas místicas. No quiero decir que su filmografía anterior prescinda de cierta espiritualidad, pero en este caso la historia se centra plenamente en aspectos metafísicos.
Sin dejar de lado su tema favorito: las complejidades en las relaciones humanas, el cineasta nos narra paralelamente la historia de tres personajes que han tenido contacto cercano con la muerte. Marie LeLay (Cécile De France), una periodista francesa, sobrevive a un tsunami; Marcus (Frankie McLaren), un niño inglés, se enfrenta a una dolorosa pérdida; y George Lonegan (Matt Damon), un estadounidense, debatiendo con su capacidad para comunicarse con los muertos.
El "más allá" por lo general es abordado desde el horror y el thriller. En esta ocasión se maneja desde la perspectiva del drama intimista, donde los personajes atraviesan conflictos internos relacionados con la soledad y la incomunicación. Marie, Marcus y George comparte una necesidad de confesión, consuelo y comunión.
Personajes en procesos de transformación que recuerda mucho al cine de Krzysztof Kieslowski, especialmente por el manejo tan eficaz de la soledad y la muerte. La historia está tan bien trabajada que mantiene un efecto de encadenamiento entre cada escena. Una estructura clásica pero escrita con un refinamiento no muy común. El responsable de ello es el guionista inglés Peter Morgan, autor de "La otra reina", "Frost/Nixon" y "La reina".
La dirección actoral es el segundo punto más sólido del filme. Matt Damon consolidándose como uno de los intérpretes favoritos de Eastwood; Cécile De France dando buena réplica y moviéndose con mucha naturalidad. Pero los pequeños George y Frankie McLaren, que de manera alternada van dando vida a los gemelos Marcus y Jason, son los que se llevan las palmas y terminan robándole la película al propio Damon.
Al revés de lo que le ocurre a la mayoría de las historias cinematográficas, lo mejor de "Más allá de la vida" está en todo el desarrollo del argumento. La secuencia inicial con el efecto del tsunami es espectacular —se nota la mano de Steven Spielberg como productor— aunque en algunas imágenes se evidencia lo digital. Por otra parte, en la escena final se pierde la mesura romántica con planos sobrados y una musicalización exagerada. Esos problemas de inicio y cierre son los que le impiden acercarse a la perfección.
Sin embargo, a diferencia de la mayoría de los realizadores de Hollywood, para Eastwood lo más importante es el argumento y no los efectos digitales o los actores.
Por eso sus películas están muy por encima del resto. Este director —junto con Martin Scorsese— es uno de los últimos alumnos del cine clásico. ¡Larga vida a los que aún hacen buen cine! Pues con ellos se irá una parte vital de la industria. Mientras tanto, disfrutemos de su trabajo.
Lo mejor: la historia intimista de expiación y búsqueda de comunión, el manejo de la muerte y el más allá sin caer en lo común y la actuación de los gemelos McLaren.
Lo peor: algunas imágenes poco creíbles de la secuencia inicial y la música en la escena final.