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El éxito rotundo de la marcha convocada por un grupo de jóvenes desde las redes sociales, la derogación parcial y todo, de la tenencia de parte de la gobernadora, la postura de COPARMEX y CONCANACO, la presencia de Salinas y la crítica constante, cuando no la franca molestia y el rechazo no disimulado de diferentes sectores sociales ante el derroche y los desplantes extravagantes y populistas de la titular del ejecutivo, han logrado llevar a la oposición en nuestro estado, a una embriagadora y placentera situación que le hace vislumbrar panoramas sumamente halagüeños y de ensoñación. Nada más falso, hay que tener mucho cuidado.
Para quienes ejercemos el oficio de incordiar, cuestionar es una segunda naturaleza. Así, a la vista de los acontecimientos, lo lógico es que la sociedad civil se relaje y se deje llevar por el júbilo desatado por la pírrica victoria obtenida con la tenencia y por el entusiasmo consustancial a constatar de que no ha perdido su capacidad de movilización y respuesta, cuando encuentra heraldos dispuestos a jugársela y dar la cara en su nombre.
Es real, buena cantidad de personajes comienzan a lanzar las campanas a rebato y se refocilan anticipadamente en una clamorosa derrota priista a manos blanquiazules, con lo que a juicio de muchos quedaría cumplidamente vengado el descalabro electoral de 2007 a manos de la propia Ivonne Ortega.
La realidad es que no se ha logrado nada y la batalla apenas comienza. Pertinente es que observemos el silencioso y hábil contraataque que las huestes tricolores han comenzado, acorde con las órdenes dictadas en la reciente visita de Salinas: y las órdenes son retirarse ordenadamente, sin aspavientos ni histeria, ceder lo menos para conservar lo más, mantener un perfil más bajo, reducir el despilfarro, no confrontarse directamente con nadie, menos con los empresarios, lanzar el señuelo distractor de que se cede en los impuestos para que nadie reaccione pidiendo rendición de cuentas y sobre todo, hacer los cambios estructurales y orgánicos necesarios para quitarle las banderas a la oposición, preferentemente a través de golpes de efecto. Típicamente salinista la estrategia, ni quien lo niegue.
La oposición en nuestro estado, corre el mismo riesgo que en el boxeo un pugilista que logra una combinación efectiva de golpes, cuando se percata que su rival acusa el efecto de los impactos impostados: engolosinarse. Y recalco, el riesgo, pues en el frenesí de pretender acabarlo de un solo golpe, consiguiendo un nocaut espectacular, se corre el riesgo que el rival en un contraataque contragolpee, con tal efectividad que el presunto noqueador concluya fulminado en el tapiz escuchando hasta el final la cuenta de protección. Tal es el riesgo que hoy día está corriendo el PAN.
Aceptémoslo, si no se crea estructura, si no se purgan de priistas las delegaciones federales, cediendo el paso a ciudadanos dispuestos a poner en alto el nombre de la administración del presidente Calderón y no se usan como plataforma de lanzamiento para el panismo a través de la única operación política lícita que es el trabajo de calidad a favor de la ciudadanía, lo cierto es que con los recursos que tiene a disposición y como en el fútbol, haciendo los cambios precisos en las posiciones debidas y sobre todo mediante un interinato conciliador (si fuera el caso) o a través de una candidatura seria, el PRI en breve lapso puede revertir la precaria ventaja que la oposición ha tomado en la actualidad y volver a tener la sartén por el mango.
Ojalá en las filas blanquiazules se analicen estos planteamientos con cuidado y no se incurra en la soberbia de querer vender la piel del animal antes de cazarlo. La contienda, reitero apenas empieza y a todos nos queda perfectamente claro que el combate será sin cuartel y no habrá piedad para el vencido. En semejante orden de ideas, es que hacemos del dominio público semejante discurrir. No vale luego decir: yo no sabía.
Dios, Patria y Libertad