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El ex gobernador de Yucatán narra expresamente lo que vendría a ser una aclaración de chismes. Los chismes —que Xavier Abreu fue su “delfín”— vendrían a ser falsos. También vendría a ser cierto que, al declarar que Xavier no fue su candidato, según él mismo ¡se equivocó! Ahora él sostiene que Xavier debió haber sido, en todo caso, el pre candidato de su elección.
Y, de paso nos aclara que, aún de haberlo sido, la única “ayuda” que Xavier habría recibido de él —el gobernador de Yucatán, emanado del mismo partido de Xavier— serían consejos. En efecto, le habría aconsejado lo mismo que le aconsejó a su candidato, Luis Correa Mena: que sustentara su victoria en la búsqueda de votos de los panistas activos —los únicos legalmente autorizados para votar en aquella elección de 2006.
Patricio Patrón no es un político pragmático. En el sitio web de A7, entre los comentarios le dicen que “fue un buen gobernador, pero muy mal manipulador político”. Vea usted mismo, lector, la entrevista videograbada en la que Patrón Laviada platica lo que te comentamos: http://goo.gl/mJDnH -.
Según Patrón Laviada los perdedores —en votos, según el recuento— no salieron a “convencer panistas”, sino que buscaron la imposición —de acuerdo con los métodos político de la cultura mexicana implantada por el PRI durante todo el siglo 20— de parte de la cúpula panista nacional —Ana Rosa Payán Cervera— y de parte del gobernador del estado —Luis Correa Mena.
Las declaraciones suenan ingenuas. “Xavier, el demócrata; los perdedores, los de ‘alma priista’”. El cinismo del mexicano —el yucateco incluido— en las cuestiones políticas provoca sonrisitas, risitas y varios “¡Ay, sí, Chucho!” O algunos: “Sí… como me estoy chupando el dedo”. Pero no, no podemos aceptar que Patrón Laviada es un creyente en la democracia y en los métodos democráticos; nos es difícil aceptar que sí existen personas convencidas que la decencia política no será posible en tanto no se respeten los pactos sociales, el primero de los cuales es La Ley.
“Una mentira repetida 1000, se convierte en verdad…” Pero verdad hitleriana, dice don Patricio. Y el “deporte” nacional en el periodismo es ridiculizar a todos los políticos, desprestigiarlos a como dé lugar, bajarlos de cualquier nivel de popularidad en que se encuentren, encontrarles defectos, aunque éstos sean, efectivamente, virtudes absolutamente necesarias en nuestro entorno. Es algo así como “la venganza del siglo 21″: los políticos les taparon la boca a los periodistas durante 100 años, ahora les toca a los informadores aplastarlos… ¡a menos que paguen bien!