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1. Neoescándalo. El asunto de Alfonso Aguiar ha adquirido notoriedad por tratarse del concuño del ex gobernador Patricio Patrón. Todo indica que se configura lo que se denomina tráfico de influencias. Aguiar Irigoyen representó a la empresa Neovivienda (se ha sugerido que los que aparecen como propietarios podrían ser prestanombres del mismo Aguiar) y cobró el anticipo que el anterior Ayuntamiento de Hunucmá, que era presidido por el panista Mario Balam, le pagó a Neovivienda. Los recursos los recibió el gobierno hunucmaense del Fondo Nacional de Habitaciones Populares (FONHAPO), que depende de SEDESOL. La instancia ejecutora (Ayuntamiento de Hunucmá), según la normatividad, es la responsable de la supervisión directa de las obras o acciones, así como de verificar que en su ejecución se cumpla lo comprometido por la constructora. Los baños (no sabemos cuántos) no se concluyeron. Meses después, Aguiar fue incorporado como coordinador de otro programa de SEDESOL —no viculado al FONHAPO— pero siguió representando y cobrando los trabajos -no concluidos- a nombre de Neovivienda.
2. ¿A quién toca? Por tanto, corresponde al Ayuntamiento de Hunucmá (ahora priista) hacer cumplir a la empresa la obra contratada e interponer la denuncia por incumplimiento a la empresa, así como definir la responsabilidad del Ayuntamiento anterior en la aparente falta de supervisión de las obras, afectando, además, a los solicitantes de las obras en las viviendas. Pero tambien el gobierno federal, a través del propio FONHAPO (y la propia SEDESOL), tienen atribuciones de fiscalización para deslindar responsabilidades y denunciar irregularidades, tales como el hecho de que Neovivienda no cumplió —y sí cobró— la obra comprometida, amén de la incompatibilidad de Alfonso Aguiar, una vez que se incorporó a SEDESOL con la representación de una empresa que estaba trabajando un programa dependiente de la propia Secretaría de Desarrollo Social. Por de pronto ya rodó la cabeza de Aguiar. Mientras tanto, el daño político inevitablemente es para Patrón Laviada, aunque ha trascendido que, paradójicamente, éste nunca recomendó a Aguiar para el puesto en la delegación local de SEDESOL.
3. Capitanes. "¡Ni con Ulises, ni con Baqueiro! ¡Ya no se puede hablar con nadie en este gobierno!". "Ya no hay interlocutores". Así clama un grupo de empresarios que apostaron económicamente por Ivonne Ortega Pacheco y que ven cómo se ha roto el diáliogo con quien fue "su candidata" y también "su gobernadora" en la primera mitad del quinquenio ivonista. Tanto Ulises como Baqueiro —quizá antes también Jaime Zetina— fueron su salvoconducto con la gobernadora. Hoy la gobernadora ha roto el diálogo y les ha quitado, a sus secretarios, las facultades de representarla, al mismo tiempo que se niega a sentarse ella misma a dialogar con Jorge Caamal, líder de la Coparmex-Yucatán y único organismo social verdaderamente articulado y con representatividad empresarial.
4. Obama reemerge. Ulises Carrillo y Armando Baqueiro ya no pintan. Quienes realmente forman parte del "cuarto de guerra" de la señora Ortega Pacheco son "Vitocho" Sánchez Álvarez, Sergio Cuevas (asesor jurídico), Mauricio Sahuí (desde el Congreso) y Marcos Celis (desde el Poder Judicial). El común denominador de estos del equipo cercano es que son todos fieles amigos y miembros del grupo político de Rolando Zapata Bello, diputado federal y verdadero líder (aunque no aparezca) de dicho "cuarto de estrategia". Ulises sólo espera el nombramiento de Alfredo del Mazo Jr. como candidato a gobernador del Estado de México para volar a Toluca y Baqueiro Cárdenas parece dispuesto a vegetar en el puesto el tiempo que sea necesario, aunque ya no pese, y aunque el desprestigio de Ivonne lo esté arrastrando junto con ella al remolino del descrédito.
5. Tirando la piedra. Y escondiendo la mano. Con una mano Ivonne y el PRI enamoran al presidente Felipe Calderón y lo visitan en los Pinos y, en Palacio Nacional, a Ernesto Cordero (secretario de Hacienda y Crédito Público). Con la otra emprenden una campaña de pegarle a Calderón y al gobierno federal a través de una virulenta campaña de volanteo encabezada por el PRI pero bien nutrida de mano de obra a través de nada disimulados empleados estatales enviados a la guerra por la mismísima Ivonne. Guerra que se libra en las calles de Mérida, con miras al 2012. ¿Esquizofrenia? O simplemente bien calculado doble juego.
6. Álvaro Traconis. Al INAIP. El pasado jueves la señora Ortega Pacheco propuso al Congreso del Estado a Álvaro Traconis Flores para acompañar como consejero a Ana Rosa Payán Cervera y a Miguel Castillo, su actual presidente. Traconis fue empleado en las empresas restauranteras del grupo NICXA (Burguer King, KFC, etcétera). También ha sido tesorero del PRI. Es la cereza del pastel. Ana Rosa pactó con Ivonne no tocar desde su cargo en el INAIP al gobierno de Ortega Pacheco "ni con el pétalo de una rosa". Le ha cumplido religiosamente Payán Cervera a su socia Ivonne. Socia en el arte de coaligarse en la célebre campaña de 2007. El objetivo fue derrotar al PAN en esas elecciones. Ana Rosa cumplió y sigue cumpliendo el compromiso: el INAIP no toca al gobierno del estado.
7. Otros parentescos. Y hablando de parentescos incómodos, Alvaro Traconis, —flamante consejero y compañero de Payán Cervera y de Miguel Castillo en el INAIP— es sobrino directo y carnal del célebre Carlos "el Cheché " Ceballos Traconis, ex presidente municipal de Mérida desaforado y encarcelado en los noventas por un fraude en el Ayuntamiento que encabezaba. Hoy, el exonerado "Cheché" es del equipo de asesores que desde agosto de 2007 cobra o cobraba cincuenta mil pesos por bien aconsejar a la gobernadora. Por cierto ¿podrá averiguar el INAIP quiénes son hoy los asesores? Porque varios de ellos ya emigraron a otros lares: Carlos Sobrino y Erik Rubio ya no están. ¿Podrán decirnos Alvarito, Ana Rosa y don Miguel Castillo quiénes siguen cobrando "de a tostón" como asesores de Ivonne?