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Fotos: Centro INAH Campeche
San Francisco de Campeche, Camp., 21 de enero de 2011.- A dos años de su creación, el programa Niños Guías de Becán, que impulsa el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta) en el estado de Campeche, ha logrado un mayor acercamiento de los infantes con su patrimonio cultural y ha fomentado, a su vez, la difusión de sitios poco visitados por el turismo, como es el caso de la Zona Arqueológica de Becán, donde un grupo de pequeños de la etnia chol participa dando recorridos guiados.
El programa involucra a niños indígenas de este grupo de origen maya, de entre 7 a 11 años de edad, en el conocimiento, conservación y difusión de este sitio prehispánico, descubierto hace 43 años y abierto al público a finales de los años 60.
A través de Niños Guías de Becán "se busca que los infantes conozcan y protejan el patrimonio tangible e intangible que hay en su localidad, que valoren el sitio arqueológico y se reconozcan como herederos y descendientes directos de los grupos étnicos mayas. Así también, pretendemos fortalecer la difusión de las zonas poco conocidas y que guardan un amplio contenido cultural, ambiental e histórico", señaló el antropólogo Marco Antonio Carvajal, del Centro INAH-Campeche.
Becán, que en lengua maya significa "Barranca formada por agua", es una zona arqueológica de la cultura maya cuyo auge constructivo se registró en el periodo Clásico Tardío, en los años 700 a 800 d.C. Se ubica en la región Río Bec, sobre la zona de amortiguamiento de la Reserva de la Biósfera de Calakmul, la segunda más importante de Latinoamérica.
Durante 2010, 15 niños guías atendieron a 431 turistas en Becán, cifra que aumentará en 2011 con la llegada de 13 grupos turísticos provenientes de Alemania, que establecieron un convenio con el Centro INAH-Campeche, en coordinación con la Secretaría de Turismo (Sectur), para incrementar el número de visitantes al sitio arqueológico, indicó Carvajal, director del Museo Local Arqueológico de la entidad.
El país europeo se involucró con este proyecto de turismo cultural a partir de la exhibición Mayas. Reyes de la Selva Tropical, que se presentó en 2008 en los museos Roemer y Pelizaeus, en la ciudad de Hildesheim, y Casa de Máquinas, en Rosenheim.
En retribución por el préstamo de piezas de museos del sur de Campeche, los patrocinadores y la curadora la exposición Inés de Castro, alemana de origen latino, decidieron apoyar a comunidades cercanas la zona arqueológica.
Dicha retribución se enfocó en la comunidad de Becán -de donde provenía la mayoría de las piezas prestadas para la exposición- y se concretó a través del programa Niños Guías de Becán, al cual aportaron alrededor de 80 mil pesos que se usaron en la adquisición de uniformes para los participantes en el programa, además de equipo de cómputo, impresoras, proyectores, cámaras fotográficas y materiales didácticos para los cursos de capacitación. La colaboración económica de los patrocinadores alemanes se ha mantenido con el fin de dar continuidad al programa.
Los niños reciben la enseñanza necesaria para convertirse en guías en la Escuela Primaria Indígena 5 de Febrero. El curso tiene una duración de un año y está conformado por una plática a la semana de tres horas, y prácticas de campo en la zona arqueológica, impartidas por especialistas de diferentes instituciones.
Durante 2009, la instrucción se dio con el apoyo de expertos de organismos como la Universidad Autónoma de Campeche, quienes prepararon a los pequeños en tradiciones culturales mayas peninsulares e historia general del estado; la Comisión para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas, que abordaron el tema de diversidad cultural; la Dirección Nacional de Áreas Protegidas de la Reserva de la Biosfera, que se enfocaron a los aspectos de flora y fauna del lugar, y la Secretaría del Medio Ambiente, que los capacitó en el manejo de la basura.
Así mismo, especialistas del Colegio de la Frontera Sur participaron con el tema del cuidado del medio ambiente y la importancia de evitar la deforestación y el tráfico de animales; la Cruz Roja ofreció pláticas sobre seguridad y primeros auxilios; la Sectur habló del fomento de la cultura turística y conducción de grupos; y expertos del INAH se encargaron tanto de información histórica de la zona arqueológica como del estado de Campeche.
Ese mismo año, 15 de los 30 niños convocados al curso iniciaron su labor como guías con la exposición entre los visitantes de la historia de la zona arqueológica, las leyendas y tradiciones del lugar. El recorrido que ofrecen los infantes no tiene costo extra para el público.
El programa continuó en 2010 con la preparación de los pequeños, quienes después de los 11 años, pasan a formar parte del grupo de jóvenes de la Asociación Civil Aldesus, con la cual el Centro INAH-Campeche tiene un convenio para capacitarlos y que puedan informar al turismo sobre la historia y cultura de la entidad, además de proporcionar visitas guiadas en la región.
Los planes a mediano plazo son "involucrar en el cuidado y difusión del patrimonio cultural de Campeche a los demás sectores de la población por medio del impulso de ‘museos vivos', es decir, se planea que los turistas conozcan no sólo la Zona Arqueológica de Becán, sino también el proceso del cultivo de la abeja melipona, cuya crianza es una herencia milenaria maya, pues utilizaban la miel para la elaboración de varios productos, entre ellos su bebida religiosa: el balché", comentó el antropólogo Carvajal.
Otro ejemplo son los traspatios, también de herencia maya, donde se cultiva nopal en mesas, que es un sistema agrícola ancestral productivo. La intención es que los turistas puedan ir a algunas casas donde tengan este tipo de cultivos y observen los procesos, además de admirar y adquirir las diversas artesanías con madera tallada y bordados.
"Creemos que este proyecto ha sido exitoso, pues fomenta el desarrollo turístico en de la comunidad, además de la difusión y protección de la zona arqueológica. Deseamos que el programa de niños guías se extienda a otros sitios como Edzná y Calakmul, donde hay comunidades dispuestas a apoyar e impulsar el turismo cultural", concluyó el antropólogo Marco Antonio Carvajal. Boletín del INAH.