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Con o sin conocimiento de los padres, los adolescentes van a tener relaciones sexuales, pero si lo hacen sin información adecuada los resultados pueden ser lamentables, coincidieron expertos en sexología.
Agregaron que, contrario a lo que se cree, dar información sobre sexualidad no es sinónimo de permisividad, sino dar herramientas para que los menores tomen decisiones adecuadas cuando inicien su vida sexual.
—No podemos seguir cayendo en los extremos: ser completamente cerrados o completamente permisivos; tenemos que encontrar un equilibrio que permita tener comunicación y confianza con los hijos, opinó el psicólogo con especialidad en sexología, Alejandro Méndoza Ávila.
Al respecto, la sexóloga Flor González Velázquez señaló que la base para lograr esa comunicación es hablar de sexualidad a los niños acorde a su edad.
—Una forma de lograrlo es enseñando a los niños los nombres correctos de sus genitales y respondiendo, de manera clara y precisa, a sus preguntas, sin dar información de más. Que los niños sepan que sus papás hablan con la verdad y que pueden confiar en ellos.
En amable entrevista, ambos especialistas destacaron la importancia de que los niños y los adolescentes tengan información sobre sexualidad, de acuerdo a su edad, para que llegado el momento en que deseen iniciar su vida sexual tengan todas las herramientas para tomar una decisión adecuada.
La sexologa González Velázquez comentó que es necesario que los adolescentes conozcan los cambios en su cuerpo, a fin de que puedan saber en qué conflictos pueden meterse por comenzar a tener relaciones a esa edad.
Los sexólogos Flor González Velázquez y Alejandro Méndoza Ávila.
Agregó que es necesario que también se les informe sobre los riesgos de tener relaciones sexuales en sitios públicos, ya que pueden ser detenidos por la autoridad.
—Son detalles que parecen no ser importantes, pero, seamos honestos, a cualquiera nos puede pasar.
—En estos tiempos, lo menos malo que puede pasar es que por ignorancia o falta de responsabilidad se dé un embarazo. Lo peor es, definitivamente, el contagio de una enfermedad de transmisión sexual que puede llevarte a la muerte —aseguró el Psic. Méndoza Ávila.
—Si tomamos en cuenta el bombardeo de información incorrecta que hay sobre la sexualidad, en internet, televisión, películas y revistas —en donde no se mencionan consecuencias de los actos y a los que estamos sujetos todos los días, incluyendo los adolescentes— los padres tenemos que armar con herramientas de información adecuada a nuestros hijos para que no sean vícitmas de esa falsa realidad.
El Psic. Méndoza Ávila comentó que es posible encontrar generaciones de padres que crecieron con información muy limitada o casi prohibida sobre la sexualidad, como, por ejemplo, que el sexo era sólo para la reproducción y a evitarlo por las enfermedades de transmisión sexual.
—Por esa formación, para esos padres, puede resultar difícil hablar de sexualidad con lo hijos, porque tienen pena o porque no conocen bien el tema. Pero es válido. Los padres tenemos que aceptar que tenemos limitaciones, pero no por eso nos vamos a cruzar de brazos. Si sentimos que no podemos abordar el tema con los hijos, los especialistas, como los sexólogos, pueden hablar con ellos.
—El problema es que algunos padres creen que si se les da información sobre sexualidad a los hijos, es como darles permiso para que tengan relaciones. Pero no es asi. Si de todas formas lo van a hacer, al menos que sepan cuáles son los riesgos y las consecuencias de hacerlo sin protección.
Advirtió que, sin embargo, hay que tener cuidado con la información que se les proporciona a los menores, ya que hay muchos adultos que piensan que "sus hijos ya están grandes" y que por eso ya pueden ver películas o programas con escenas sexuales explícitas.
—Eso no debe hacerse, ya que se está despertando a los menores a la sexualidad cuando éstos no están listos. Son los hijos los que dan la pauta; son ellos los que deben acercarse a preguntar. De lo contrario, se estaría cometiendo un abuso contra ellos.
Sobre el otro tipo de padres, explicó que se trata de generaciones más jóvenes que buscan ser amigos de sus hijos y por eso, pueden, en algunos casos, hasta facilitarles el anticonceptivo.
—Los padres no pueden ser amigos o cuates de los hijos porque si así, fuera como cuates, sólo les aplaudirían sus aventuras y no les explicarían las consecuencias de sus actos. Los papás no pueden dejar de ser guías para convertirse únicamente en compinches en relaciones amorosas, afirmó la sexóloga González Velázquez.
Agregó que también es necesario que la sexualidad sea enseñada como un tema ligado al amor, a la intimidad y a la comunicación, no únicamente a la satisfacción física.
Para el Psic. Méndoza Ávila cada familia es libre de manejarse como deseen, si así les funciona, pero los hijos tienen también que aprender a respetar la casa y a no utilizarla para sus encuentros sexuales. Los padres deben establecer muy bien las reglas y los límites.
Ambos especialistas reiteraron la importancia de fomentar la comunicación en la familia, que puede verse muy afectada porque ambos padres trabajan y no tienen mucho tiempo para pasar con los hijos.
—Aunque un embarazo no planeado, sobre todo en adolescentes, puede ser tomado como una mala noticia por la familia, es primordial que los padres tengan en cuenta que el embarazo no es sinónimo de enfermedad y que la menor puede seguir estudiando o trabajando, aclarándole que de ahora en adelante todo le será más difícil, por la responsabilidad que trae la maternidad —opinó la sexologa González Velázquez.
Al respecto, el Psic. Alejandro Méndoza dijo que no se debe enviar el mensaje de "tu embarazo te partió la vida" porque puede crear sentimientos negativos o de desarraigo de la joven madre hacia el bebé, por pensar que éste le echó a perder la vida.
—Todos cometemos errores. Son los segundos los que nos separan de la responsabilidad.
—Pero al igual que el tema de la información de la sexualidad, todo debe tener un equilibrio, ya que en estos casos también hay padres permisivos que asumen el papel de salvavidas y que con el afan de apoyar a su hija, se convierten en los padres de sus nietos.
Señaló, finalmente, que cada decisión es respetable, pero es necesario establecer reglas, límites y responsabilidades para que la menor vea al bebé como a su hijo y no como a su hermanito. L.I.