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OSLO, Noruega.- Las autoridades suecas están estudiando si el premio Nobel de la Paz se ha entregado a la clase "equivocada" de personas, como activistas por los derechos humanos y ecologistas, en violación al testamento del fundador de la distinción, Alfred Nobel.
El tema ha pesado sobre el comité Nobel de Noruega -que otorga el premio- desde 2008, cuando un autor de Oslo empezó a decir que el premio se ha alejado de la intención de Nobel de promover sólo el desarme y los "avances de la paz".
A menos de un año de ser Barack Obama presidente de EE. UU., el comité de los Nobel de la Paz consideró que por sus "extraordinarios esfuerzos para fortalecer la diplomacia internacional y la cooperación entre los pueblos" merecía el galardón.
Mientras que los premios anuales de física, química, medicina, literatura y economía se entregan en Estocolmo, Nobel pidió explícitamente que el ganador del premio de la paz fuera escogido por un comité designado por el Parlamento noruego. Por eso se entrega en Oslo.
"Están ignorando el testamento (de Nobel) totalmente", dijo a Reuters el autor y activista Fredrik Heffermehl.
En su opinión, los últimos ganadores legítimos del Nobel fueron Naciones Unidas y su entonces secretario general, Kofi Annan, en 2001.
Heffermehl, un abogado, ha captado ahora la atención de Consejo Administrativo del Condado de Estocolmo, que tiene entre sus tareas asegurarse que las 7.300 fundaciones registradas del país cumplan con el deseo de sus benefactores fallecidos.
En 1973 el premio Nobel de la paz fue concedido a Henry A. Kissinger por su participación en la negociaciones para poner fin a la guerra de Vietnam. Este premio fue compartido con su interlocutor vietnamita (Le Duc Tho), el cual renunció al mismo debido a que los tratados no se respetaron y la guerra se prolongó.
"El señor Heffermehl tiene buenos argumentos", dijo a Reuters el abogado del consejo directivo, Mikael Wiman, después de que el autor enviara una carta esta semana a la Fundación Nobel, con sede en Estocolmo, pidiendo un comentario.
Nobel, que inventó la dinamita, escribió en su testamento de 1895 que el premio de la paz debería entregarse "a la persona que haya hecho el mayor o el mejor trabajo para la fraternidad entre las naciones, por la abolición o reducción de los ejércitos existentes y por la realización y promoción de congresos de paz".
El secretario ejecutivo del comité noruego, Geir Lundestad, afirmó que la "fraternidad entre las naciones" es lo suficientemente amplia como para justificar a cada uno de los ganadores de la distinción.
"Rechazamos la idea de que no tenemos respeto por el testamento. Hay más de una respuesta a cómo debería interpretarse el testamento", sostuvo Lundestad.
"Vamos a enviar nuestra declaración el 15 de marzo y creo que ese será el final del tema. No hemos hecho nada mal", añadió.
Heffermehl dijo que activistas de derechos humanos como el disidente chino encarcelado Liu Xiaobo, que ganó el premio en 2010, y defensores de los pobres como Muhammad Yunus, que lo recibió en 2006 por popularizar los microcréditos, son gente buena, pero "errónea" a la que conceder el galardón.
Tampoco aprueba a las tres ganadoras de 2011: la presidenta de Liberia, Ellen Johnson Sirleaf; la activista de paz liberiana Leymah Gbowee y la defensora de la democracia yemení Tawakkol Karman.
"Después del año pasado, uno pensaría que es un premio para la democracia y los derechos de la mujer", manifestó.