507 palabras
LONDRES, 10 de enero.- La mitad de la comida que se produce en el mundo acaba en la basura o pudriéndose en el campo. Entre el 30% y el 50% de los 4000 millones de toneladas de alimentos que se generan en el mundo nunca llegan a nuestros estómagos, según un demoledor informe del Instituto de Ingenieros Mecánicos (IME) británico titulado: 'Global Food: Waste Not, Want Not'.
La apabullante conclusión –de 1200 a 2000 millones de toneladas de alimentos desechados mientras 1000 millones de humanos pasan hambre- es aún más alarmante de las cifras que barajaba hasta ahora la FAO y ha abierto en Gran Bretaña el debate sobre la inmoralidad, la ineficacia y los costes generados por la industria alimenticia.
Tan sólo en el Reino Unido se desechan siete millones de toneladas de comida, valorados en 10,000 millones de libras (unos 12,500 millones de euros), lo que supone un "desperdicio" equivalente a 600 euros por familia en tiempos de crisis.
"A lo largo de su vida, una familia media británica acaba arrojando a la basura el equivalente a 24,000 libras (29,000 euros) de comida", advierte Tim Fox, responsable de energía y medio ambiente del IME. "Si a los alimentos desechados añadimos el agua malgastada en los cultivos y la energía desaprovechada en el proceso, el coste es incalculable".
Las malas prácticas agrícolas, el deficiente almacenamiento y los problemas de distribución y transporte son las principales causas en los países en desarrollo. En los países desarrollados, sin embargo, gran parte de culpa la tienen los supermercados y los puntos de venta, con su estricta política de caducidad, sus "ofertas especiales", que hacen comprar más de lo necesario y la insistencia en la "apariencia" de los productos que obliga a desechar gran parte de las cosechas de frutas y vegetales.
"La crisis nos ha hecho despertar a la inmensidad de este problema", declaraba recientemente a ELMUNDO.es Tristram Stuart, impulsor de la campaña 'Feeding the 5000' y autor de 'Despilfarro: el escándalo global de la comida'. Desde 2009, cuando Stuart publicó su insólita vuelta al mundo, denunciando el derroche y encontrado por el camino soluciones alentadoras, la ONU ha tomado cartas en el asunto y se ha propuesto la meta de reducir un 50% el despilfarro de comida de aquí al 2025.
La Unión Europea se ha subido al carro con la celebración en noviembre de la semana de Reducción de los Desechos. En España han surgido decenas de iniciativas para el mejor reaprovechamiento de los alimentos en tiempos de crisis, como la de Feeding Zaragoza, que ha llegado a organizar comidas gratuitas para mil bocas con las "sobras" de los agricultores y de los supermercados. (EL MUNDO)