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MADRID, 11 de enero.- Se llama NGC 6872, está a 212 millones de años luz de la Tierra y es, hasta ahora, la mayor galaxia espiral conocida. Sus dimensiones, incluso para una galaxia, son realmente enormes: 522,000 años luz de extremo a extremo, cinco veces mayor que la Vía Láctea. El hallazgo se acaba de hacer público en el transcurso de la reunión anual de la Sociedad Astronómica Americana.
La espectacular galaxia NGC 6872, una espiral de gran belleza, ya se encontraba entre los mayores conjuntos de estrellas conocidos por los astrónomos. Pero ahora, gracias en parte a la casualidad, un grupo de investigadores de Estados Unidos, Chile y Brasil, se han dado cuenta de que sus dimensiones eran casi el doble de lo que se creía, lo que les ha servido para coronarla como la mayor galaxia espiral conocida en todo el Universo.
La galaxia espiral NGC 6872 es cinco veces mayor que la Vía Láctea.
El hallazgo se produjo cuando los investigadores revisaban datos del satélite GALEX (Galaxy Evolution Explorer), en busca de nuevas regiones de formación de estrellas en los alrededores de NGC 6872. Fue entonces cuando se quedaron mudos al ver una enorme banda de luz ultravioleta procedente de estrellas muy jóvenes, y darse cuenta de que en aquella galaxia cabrían por lo menos cinco como la nuestra.
"Sin la capacidad del GALEX para detectar la luz ultravioleta emitida por las estrellas más jóvenes y calientes, nunca nos habríamos dado cuenta de las dimensiones reales de esta galaxia", explica Rafael Eufrasio, del Centro Goddard de Vuelos Espaciales, el científico que presentó estos espectaculares resultados en Long Beach, California, donde se celebra la reunión anual de la Sociedad Astronómica Americana. Según declaró el propio Eufrasio a la BBC, "yo no estaba buscando la galaxia espiral más grande, eso llegó como un regalo".
El gigante galáctico tiene una compañera, llamada IC 4970, una galaxia lenticular cinco veces menos masiva y que a su lado parece insignificante. Ambas se encuentran a 212 millones de años luz de la Tierra, en la constelación del Pavo.
Los astrónomos piensan que las galaxias grandes, entre las que se incluye la nuestra, alcanzan su enorme tamaño gracias a la fusión o la absorción de otras galaxias más pequeñas. Sin embargo, la interacción gravitatoria de NGC 6872 e IC 4970 parece indicar que en este caso ha sucedido justo lo contrario. Todo indica, en efecto, que la más pequeña se ha escindido de su compañera para convertirse en una nueva galaxia después de una gran colisión en el pasado.
"El brazo Noreste de NGC 6872 es el más alborotado -explica Duilia de Mello, uno de los miembros del equipo- y bulle con la formación de nuevas estrellas". Su extremo, sin embargo, sólo es visible en el rango de la luz ultravioleta.
Las estrellas más jóvenes de la gran galaxia se encuentran en sus zonas externas, en los extremos de sus dos gigantescos brazos, y van siendo más antiguas a medida que avanzamos hacia el centro. Un hecho que parece sugerir una especie de "ola de formación de estrellas" que va del centro a la periferia. Este patrón pudo originarse en el pasado tras la colisión, hace cientos de millones de años, con la IC 4970 original.
Igual que el resto de las espirales barradas, NGC 6872 contiene una "barra" central de estrellas (de ahí el nombre de esta clase de galaxias) de cuyos extremos parten los dos brazos espirales. La barra mide unos 26,000 años luz, más del doble que la de otras galaxias similares de las cercanías y muy a tono con las dimensiones del resto de la galaxia.
Los astrónomos no han encontrado signos de formación de estrellas en tiempos recientes en la zona central de la galaxia. Las que hay, en efecto, son muy antiguas, del orden de varios miles de millones de años y constituyen una especie de "evidencia fósil" de la población estelar de la galaxia antes de que su "encuentro" con IC 4970 cambiara su forma y su distribución para siempre. (JOSÉ MANUEL NIEVES / ABC)