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NUEVA ORLEANS, 3 de febrero.- Cuando este domingo los hermanos Jim y John Harbaugh salten a la cancha para intentar dirigir a sus equipos hacia el triunfo en el Super Bowl (o Super Tazón), habrá dos espectadores más nerviosos que el resto de los aficionados: sus padres Jack y Jackie.
No será la primera vez que sufran porque sus hijos se vean las caras en el terreno de juego.
Durante el Día de Acción de Gracias de 2011, Jim y sus 49's de San Francisco se enfrentaron a los Cuervos de Baltimore, dirigidos por John. Baltimore se impuso 16-6.
Sus padres recuerdan haber visitado ambos vestidores. En el de los Cuervos todo era celebración y podían ver a John rodeado de eufóricos jugadores. En el de San Francisco, por el contrario, el ambiente era sombrío y Jim estaba solo en un rincón. "Sabíamos a qué vestidor teníamos que ir", recuerda Jack.
El Superdome en Nueva Orleans donde este domingo se juega la final del Super Bowl entre los Cuervos de Baltimore y los 49ers de San Francisco. (AP)
La madre también dice que cuando los equipos salieron del estadio para abordar los autobuses, John corrió hacia Jim y charló con él durante algunos minutos. "Pase lo que pase, somos una familia", dijo Jackie.
La familia en la que los nombres de todos empiezan con "J" -ellos dicen que es coincidencia- tiene una historia de pasión por este deporte.
Jack Harbaugh fue entrenador de fútbol americano colegial durante muchos años: "Apenas habían empezado a caminar cuando mis hijos ya iban al campo y jugaban con balones y colchonetas. Para mi esposa era importante que ellos supieran lo que yo hacía", aseguró en una conferencia de prensa en Nueva Orleans, la sede del Super Bowl.
John Harbaugh es el hermano mayor. Con un título académico en ciencias políticas, sorprendió a sus padres cuando anunció que quería ser coach, como su papá. Su mamá no podía creerlo, pero finalmente aceptó la idea.
Los hermanos Jim Harbaugh (49's de San Francisco) y John (Cuervos de Baltimore) se verán hoy las caras.
Así comenzó el peregrinar de John por varias universidades hasta llegar a la Liga Nacional de Fútbol Americano (NFL, por sus siglas en inglés) en donde pasó varios años como entrenador de equipos especiales de las Águilas de Filadelfia.
Conocido por su carácter duro, John Harbaugh se convirtió en el entrenador en jefe de los Cuervos Baltimore en 2008. Tras perder dos veces en la final que decide qué equipo va al Super Bowl, John lo logró en su tercer intento.
Por su parte Jim, el más pequeño, jugó fútbol americano como mariscal de campo (quarterback, en inglés) en la Universidad de Western Michigan, donde entrenaba su padre. Al graduarse terminó como el tercer mejor jugador colegial en dicho año.
En la NFL jugó para los Osos de Chicago, los Potros de Indianápolis, los Cargadores de San Diego y, curiosamente, durante un año pasó por los Cuervos de Baltimore. Nunca fue considerado uno de los mejores quarterbacks de la liga, aunque en 1995 se quedó a un paso del Super Bowl.
De hecho logró llegar al Super Bowl en su tercer intento. Además de quedarse a un partido de ir al Super Bowl cuando era jugador, también perdió el año pasado como entrenador de San Francisco. Lo positivo es que dicha derrota llegó en su primer año como entrenador. En su segundo, lo logró.
El hecho de que se trate de la primera vez que dos entrenadores que son hermanos se enfrenten en el Super Bowl ha hecho que medios y aficionados lo bauticen como el "Harbowl".
Ante tantas peticiones de entrevistas por parte de los medios, los padres de los entrenadores -Jack y Jackie Harbaugh- decidieron dar su propia conferencia de prensa.
"Una de las cosas que más nos enorgullece de nuestros hijos es que son ellos mismos, no tratan de emular a nadie", dijeron al responder a una pregunta respecto a quién los había inspirado.
Y rápidamente añadieron: "Estamos emocionados por los dos y les deseamos lo mejor".
Horas más tarde fue el turno de John y Jim en el escenario. En una conferencia de prensa conjunta se aprestaron a señalar que ambos están en el Super Bowl no porque hayan tomado grandes decisiones, sino porque los jugadores de sus equipos jugaron bien.
Al preguntarles cómo se iban a saludar al terminar el juego (una tradición entre entrenadores en el fútbol americano) John dijo: "No le he dedicado nada de tiempo a pensar si nos daremos la mano o nos abrazaremos al terminar el juego, no ha pasado por mi cabeza ni un segundo. ¿Tú lo has pensado Jim?".
"No", respondió el entrenador de San Francisco. (BBC)