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MÉRIDA, Yucatán, 15 de marzo.- La tarde de este viernes, en el marco de la séptima jornada de la segunda edición de la Feria Internacional de la Lectura Yucatán (FILEY), fue presentado el libro Un montón de piedras - Antología de cuentos, de Jorge F. Hernández.
El escritor y periodista Juan Villoro Ruiz, amigo personal de Hernández, describió al autor como "uno de los escritores más estimables que hay en la literatura mexicana", "un historiador consumado" y un destacado comentarista taurino.
También destacó que es un "extraordinario imitador de voces".
Sobre la obra, Villoro indicó que "Un montón de piedras reúne sus mejores relatos", detallando que Hernández, historiador de profesión, escogió apasionadamente aquellos cuentos con los que se siente más satisfecho.
Juan Villoro presentó una antología de cuentos de Jorge F. Hernández, quien salpicó la charla con anécdotas ibargüengoitescas.
Indicó que la frase que da título al libro es una referencia al final de Pedro Páramo, de Juan Rulfo. Sin embargo, contrastó que mientras la obra de Rulfo es asociada con desgarradura, dolor y sufrimiento, Hernández es "celebratorio y sumamente divertido".
El ponente añadió que, en varias culturas, una piedra es la huella de una presencia, dando como ejemplo que a veces se dejan en las tumbas para indicar que fueron visitadas.
Destacó que varios de los personajes del libro desafían su identidad, dando como ejemplo a un güero que quiere ser negro y a un hombre de estatura normal que se pregunta cómo sería su vida si fuera un enano.
También mencionó la historia de un pirata que inventa y vende reliquias nacionales falsas e historias para exaltar a la patria, como, por ejemplo, que Italia copió la bandera de México y sólo le quitó el águila, y que Venecia es una imitación de Tenochtitlan.
"Todo lo arrega este señor con pura imagen" añadió, tras lo cual bromeó diciendo que cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.
En otro cuento, un estadounidense decide que quiere ser mexicano, y logra su meta al alcanzar "deslumbrantes destellos de desidia y flojera", tras lo cual decide que quiere ser mexicana y "acaba como china poblana".
Villoro notó que en el humor de su amigo hay una "celebración de ciertas épocas y ciertos objetos", además de su visión "desgarrada" de la Ciudad de México, ya que retrata en un relato la sensación de anonimato que tienen sus habitantes.
Jorge F. Hernández describió la invervención de Juan Villoro como "uno de los momentos más emocionantes" de su vida y "la presentación ideal" para su obra, añadiendo que siempre "intenta estar a la altura de su afecto".
Recordó que su padre "era un enamorado de Mérida", destacando su amistad con el músico Juan Acereto .
Sobre su obra, comentó que ésta es "una celebración de vida" y que como antología sólo contiene cuentos publicados anteriormente.
Compartió que comenzó a escribir a los 7 años y que su primer cuento fue publicado en Novedades por Pepe de la Colina.
En una amena intervención, que hizo reír a la audiencia y al mismo Villoro más de una vez, abundó sobre el aspecto del desafío a la indentidad, mencionando que en varios vuelos ha fingido ser otra persona. Recordó que a un gringo que dijo que los mexicanos somos muy malos en Matemáticas, le hizo creer que él era un importante astronauta, y que también "ha sido obispo de Papantla".
Entre sus cuentos más graciosos dio el ejemplo de un sacerdote que, para parecer culto, añadía más vocales a las palabras, comparándolo con Norberto Rivera cuando juró en latín durante el cónclave y burlándose de su pronunciación.
Villoro y Hernández llenaron el Salón Ek Balam del Centro de Convenciones Siglo XXI.