1010 palabras
CIUDAD DE MÉXICO, 16 de marzo.- En una reforma tan sorpresiva como profunda, que cambia el diseño institucional desde su fundación, la Asamblea Nacional del Partido Acción Nacional (PAN) quitó hoy la facultad de elegir a su presidente a los menos de 400 consejeros y se la confirió a todos los 368 mil militantes en una elección abierta.
La decisión cimbró al PAN que, desde 1939, elegía al presidente por mayoría calificada del Consejo Nacional, el máximo órgano de dirección del partido, cuyo método para elegir a sus integrantes también se modificó hoy y, en vez de ser electos en la Asamblea Nacional -como la celebrada este sábado-, lo serán en asambleas estatales.
El cambio en el método de elección del presidente nacional del PAN -que también lo será de los presidentes estatales y municipales- fue tan sorpresivo que redujo a anécdota la “guerra” entre los grupos de Gustavo Madero y Felipe Calderón, que no esperaban un cambio de esta envergadura.
Militantes vapulean a la cúpula del partido: de manera sorpresiva, la 17 Asamblea Nacional Extraordinaria aprobó un cambio radical en la forma de elegir a sus dirigentes. A propuesta del senador Javier Corral (recuadro arriba), a partir de ahora los presidentes del partido a nivel nacional, estatal y municipal serán elegidos por el voto directo de la militancia. En el recuadro de arriba, Gustavo Madero en la Asamblea.
Sin embargo, esta 17 Asamblea Nacional Extraordinaria, celebrada en la Arena Ciudad de México, está también el riesgo: Jorge Manzanera, operador cercano a Calderón, la impugnó ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) por diversas irregularidades.
Manzanera, quien considera que los nuevos estatutos concentran facultades en Madero y el CEN, el año pasado impugnó las designaciones de candidatos a diputados y senadores y el TEPJF le dio la razón y apuesta a que ocurra lo mismo ahora.
La elección directa del presidente del PAN, aprobada por mayoría abrumadora de la Asamblea Nacional a propuesta del senador Javier Corral, generó reacciones contradictorias: Una parte de los panistas considera que con esta reforma los grupos internos tradicionales pierden el control de la elección, como los de Madero, Calderón y la organización El Yunque.
A otros les causó alarma: Implicará reformar varios artículos de los estatutos -aprobados en lo general-, definir detalles de la elección en reglamentos, pero sobre todo implicará numerosos riesgos en una elección así: El poder del dinero, la intromisión de manos ajenas al PAN, la reactivación de la afiliación corporativa y hasta el dinero sucio.
Hubo quienes, inclusive, ven en esta reforma el camino libre para que Josefina Vázquez Mota sea la próxima presidenta del PAN, porque es la que cuenta actualmente con mayor “arrastre” entre la militancia, como lo demostró el aplauso que recibió al presentarse ante los delegados panistas.
La reforma aprobada fue de tal magnitud que para miles de delegados la 17 Asamblea Nacional del PAN perdió sentido y comenzaron a retirarse hasta el puno de que ya no hubo quórum y Madero tuvo que suspenderla, o cancelarla -no quedó claro-, aunque advirtió que esa reforma, las otras aprobadas en lo particular, quedaban firmes.
Luego de que la mayoría de los 9 mil 338 delegados con los que inició la Asamblea Nacional aprobaron los nuevos estatutos en lo general, interpretada como una victoria para Madero -quien llamó a los panistas a hacer de este partido “el mejor de la historia”-, comenzó la discusión en lo particular, cuya lista involucró casi la totalidad de los 130 artículos.
Cuando se discutía la “descentralización” de la elección de los consejeros nacionales, subió a la tribuna Corral, paisano de Madero, para plantear una reforma que ya había sido propuesta en por lo menos dos asambleas nacionales previas y que se había rechazado: Modificar el artículo 11 del proyecto de Estatutos, por el que pidió votar.
El polémico legislador dijo que para dar un paso en una reforma de fondo que cambie la fisonomía al PAN y reconstituir la fuerza de su tradición democrática se dé derecho a los militantes de elegir a los presidentes de los comités.
Ese derecho, dijo, “nos daría un jefe nacional y jefes estatales con la fuerza de un mandato para transformar, desarrollar, modernizar y también para limpiar al PAN de vicios, distorsiones y de la dinámica grupal en la que se han resuelto las elecciones de los presidentes estatales y municipales”.
Su discurso encendió a los delegados que, al ponerse a discusión la propuesta, no tuvo oposición: El jalisciense Herberto Taylor, que habló en contra, no fue convincente y se aprobó.
Hubo reuniones de Madero con sus allegados y más tarde, cuando ya era evidente la falta de quórum, se decidió finalizar la Asamblea Nacional, aunque sin claridad sobre lo que sigue: Si se reanudará la número 17, que fue extraordinaria, o si se convoca a una nueva.
Lo que sí reconoció Madero, luego de clausurar la sesión, que el cambio propuesto por Corral es “mayúsculo en la vida de nuestro partido, en el funcionamiento interno”.
Y aclaró: “Yo no veo como malo el que la Asamblea interrumpa momentáneamente su proceso para que sean analizados todos los artículos que faltan y puedan armonizarse con los cambios ya aprobados. Esa es la lógica, es una decisión que le permitirá al PAN tener Estatutos que no sean controvertibles en los tribunales”. (Proceso / Excélsior)